Recogida de firmas para transformar el pazo de Reboreda en un museo

Monica Torres
Mónica Torres REDONDELA

REDONDELA

XOAN CARLOS GIL

Ramón Otero Pedrayo pasó largas temporadas en este inmueble en el que nació y vivió el hidalgo Xoán Manuel Pereira, protagonista de su último libro, «O señorito da Reboraina».

24 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un vecino de Redondela ha puesto en marcha una campaña a través de la plataforma Chance.org para promover la compra del emblemático pazo de Reboreda para su reconversión como museo. Gonzalo Amoedo considera que este sería un buen fin para este pazo que está a la venta por medio millón de euros. «Es necesario conservar este singular inmueble como muestra culta de un tiempo pasado», defiende advirtiendo de que sería «una pena» que Redondela perdiera esta oportunidad de recuperar «uno de sus referentes». Los promotores de la iniciativa confían en que, si hay voluntad, «el Concello de Redondela, la Diputación, la Xunta o el Gobierno Central, conviertan la casa en la que nació Xoán Manuel Pereira, en un museo que ayude a dinamizar Redondela». El pazo de Reboreda salió a la venta el año pasado, en el sesenta aniversario de la publicación del libro que noveló parte de su historia y leyenda de la mano de uno de sus asiduos e ilustres inquilinos. Ramón Otero Pedrayo pasó largas temporadas en este inmueble en el que nació y vivió el hidalgo Xoán Manuel Pereira, protagonista de su último libro, O señorito da Reboraina. Es un edifico del siglo XVII que está unido a la iglesia parroquial mediante un paso elevado y tiene 7.000 metros cuadrados de jardines.

En el edificio principal, con casi 400 metros cuadrados divididos entre dos plantas, se distribuyen seis dormitorios. Uno principal, tres dobles y dos sencillos así como otros salones y estancias. El salón está arriba y, en la planta baja hay tres dormitorios, cocina y comedor. A la propiedad hay que sumar también las cuadras y, entre los elementos naturales y arquitectónicos más singulares, destaca un olivo de gran porte y valor, así como paseos con parras de viñedos o una plazoleta con una fuente de San Miguel. Todo ello en perfecto estado de conservación ya que el pazo siempre ha tenido un carácter residencial y la familia lo ha mantenido.

Fue fundado a finales del siglo XVII por García Pliego de Montaos y modificado posteriormente. Tiene tejado a dos aguas, construido con perpiaño y cantería tradicional. En su fachada destacan dos blasones. Uno de los Araújo y Puga y otro de la familia Prego de Montaos, y en la finca hay también un hórreo.

La finca y el pazo están a escasos kilómetros del centro de la villa, en la carretera que va hacia Pazos de Borbén.