La ribera del Miño celebra que se extinga la concesión de la presa entre Arbo y As Neves
08 feb 2021 . Actualizado a las 23:30 h.Transcurridas más de cuatro décadas de la concesión del embalse de Sela (parroquia de Arbo) la amenaza llega a su fin con la resolución del Ministerio para la Transición Ecológica que declara extinguida esa concesión a Unión Fenosa (la disfrutaría con Electricidade de Portugal). El proyecto afectaba de lleno a los municipios de Arbo y As Neves, al situarse la cabecera en Vide, localidad de este último. De forma indirecta el perjuicio se extendía desde casi el límite con la provincia de Ourense, en Crecente, hasta la desembocadura del Miño.
La medida pone fin a años de incertidumbre y es celebrada por todos los sectores, no sin reconocer los sudores que ha costado.
Los pescadores de lamprea son los primeros en respirar, ya que con la construcción de la presa las históricas pesqueras quedarían anegadas. «Ya era hora de que lo finiquitaran, llevábamos años esperando este momento», comenta Ángel Fernández, presidente de la asociación de pescadores O Trabadoiro.
Otro sector que ha recibido la noticia con ilusión es el vitivinícola, teniendo en cuenta la importancia de las bodegas de albariño situadas en la zona. «Para nosotros no hay duda de que supone un motivo de alegría y satisfacción porque existía el riesgo de que provocara cambios en el clima, más niebla y bolsas de frío en invierno, al margen del tema ecológico, de la pesca y ambiental», indica José Simón Ferro, de las bodegas As Laxas.
También se han pronunciado los alcaldes de los dos municipios más afectados.
«Yo tenía plena confianza, pero es importante que haya llegado la resolución, se la he trasladado a los asesores jurídicos y estoy pendiente de que me digan todos los detalles. Es una satisfacción que las reivindicaciones de los vecinos y de los alcaldes tengan un resultado favorable», destaca Horacio Gil, alcalde de Arbo
Recuerda que en el 2000 hubo una declaración de impacto ambiental negativa tras las gestiones de Manuel Rivera como alcalde y que luego se planteó hacer tres minicentrales alternativas, que también recibieron informe desfavorable.
«Es excelente que se descarte para el sector vitivinícola, estratégico en Arbo, para la protección del patrimonio que suponen las pesqueras de lamprea, otra actividad importante, y el paisaje con el impulso que tienen ahora de los senderos», añade.
El exalcalde Manuel Rivera recuerda la lucha de Arbo, As Neves y Melgaço contra el proyecto, que para O Condado y A Paradanta sería un duro mazazo. Alude a sus predecesores Jorge Freijanes y Hermenegildo Rivero, que, como él, se opusieron a la presa. «Es una buena noticia. El pueblo luchó y también todos los partidos, a nadie le interesaba; hay que compaginar riqueza con otras cosas, no a costa de otros males», dice.
Para el alcalde As Neves, Xosé Manuel Rodríguez, la construcción de esa infraestructura no estaba diseñada para satisfacer a los vecinos, sino para trasladar energía a lugares lejanos. «Creo que hai que resaltar a firmeza da xente para identificar as consecuencias do futuro; é a victoria dunha vontade fronte a unha decisión irrevocable». Destaca también el papel de las administraciones, «un valor capital» en el proceso al mantener su oposición al proyecto, y en especial, dice, la administración local portuguesa por la garra con que asumió la defensa de ese tramo del Miño.
El alcalde nevense compara un poco lo que pasó con el embalse con lo que está sucediendo ahora con la línea de alta tensión que se intentan instalar en la zona y ante la que existe igualmente oposición. «É como si tiveramos un imán para as institucións eléctricas», observa.
El perjuicio que podría causar el embalse lo entendieron los concellos miñotas y otros no tan ribereños. Tui, Tomiño, O Rosal, A Guarda, Salvaterra, Salceda, As Neves y Arbo fueron algunos de los que se pronunciaron en contra en su día junto a otros de Portugal como la Cámara de Melgaço. También contó con el rechazo de la Unión de Consumidores de Pontevedra, grupos ecologistas como Adenco y políticos de distintos niveles y grupos.
Pocas veces un proyecto ha generado tal unanimidad en su contra. Se da la circunstancia de que el actual alcalde de Vigo, Abel Caballero, entonces parlamentario gallego, presentó un informe técnico sobre el impacto que produciría la presa. En esa misma sesión de abril de 1999 la Xunta hizo pública su oposición al proyecto a través del conselleiro de Presidencia Jaime Pita. En noviembre de ese año Guillerme Vázquez, diputado del BNG, preguntó en el Congreso por el tema para asegurarse de que el proyecto se descartara definitivamente. Pedía que se anulase la concesión ante la oposición generalizada y la existencia de un informe negativo del Grupo Bilateral hispano-portugués sobre sus consecuencias sociales y económicas.