La vivienda castreña que Chiño y Mario construyeron en Camposancos

Pedro Rodríguez
pedro rodríguez VIGO / LA VOZ

VIGO

Comunidad de Montes de Camposancos

La comunidad de montes reivindica el orgullo del castro de Santa Trega

02 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Mario Baró y el cantero Eduardo Alonso, Chiño para los amigos, el castro de Santa Trega es el orgullo de A Guarda y de Camposancos. El monte que domina la desembocadura del río Miño forma parte de su identidad. Llevan años tratando de bajar parte de ese legado a su barrio en forma de casa castreña. Hasta ahora la construían con «paus de madeira e rafia pegada con arume», pero los temporales terminaban tirándola. «Este ano dixemos que queriamos que durase máis e decidimos facela con pedras», explica Chiño. La decisión fue muy bien acogida por los comuneros y ambos se pusieron manos a la obra en una parcela de la comunidad de montes a principios de octubre.

«Traballamos tres horas ao día, de 9.00 a 12.00 horas, cando o tempo o permitía», explica. Tardaron prácticamente dos meses en construir su casa castreña. «A base é de pedra, e o teito, de palla pegada cunha rede a un armazón de madeira», indica. También han dejado dos ventanas para ventilar una estancia que durante esta Navidad acogerá un belén. «Desde a comunidade de montes imos aproveitar para decorala ben. Ademais, a casa vai estar ao lado da nosa árbore de Nadal», explica. Chiño está orgulloso de como ha quedado la réplica. «Vén moita xente a vela», dice. Los vecinos los acompañaron siguiendo de cerca el proceso constructivo y, ahora, se ha convertido en un reclamo turístico más de Camposancos. «Queremos que todo quede bonito e que siga crecendo», insiste.

La casa castreña
La casa castreña

Construir la casa castreña fue un reto. El cantero tuvo que echar mano de todo el conocimiento acumulado durante su vida laboral. «Eu xa coñecía moi ben as casas castrexas. No seu momento puiden consultar moitos planos de como eran as do Trega», explica. Durante la construcción también utilizaron herramientas artesanales que fue acumulando en su oficio. Además, la piedra con la que construyeron la base la fueron a buscar con un remolque al punto limpio. En la fachada, también de manera ornamental, hay un trisquel que da la bienvenida a las personas que visiten la construcción y en el dintel de la puerta hay otros motivos de la cultura castreña cincelados. «Tamén vai ter unha pequena lareira no interior», continúa Chiño, mientras que desde la comunidad de montes recuerdan que ya han instalado un «asento de pedra vella no lateral».

El presidente de los comuneros de Camposancos, José Fernando Martínez, indica que esta vivienda recuerda al legado prerromano del barrio que ejemplifican los «picos camposanquenses», el nombre que reciben las numerosas piezas arqueológicas halladas en superficie a lo largo de todo el siglo XX y XXI en la franja litoral que va desde Baiona hasta a Oporto. Estos utensilios, hechos a partir de cuarcitas de erosión, se solían utilizar en actividades marisqueras y en el trabajo con madera. «Eran ferramentas de finais do Paleolítico», recuerda José Fernando Martínez.

La casa castreña de Chiño y Mario ya se puede visitar en la calle Subida a San Amaro, la vía que lleva a la iglesia del barrio. La zona será uno de los puntos más emblemáticos de una Navidad de A Guarda que se encenderá el viernes a las 19.00 horas. Chiño y Mario esta semana ultimarán los últimos detalles de una construcción que, ahora sí, ya está hecha a prueba de las peores borrascas.