Los tesoros pétreos del parque de Castrelos

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El entorno del pazo congrega mucho arte: esculturas realizas entre el siglo XVIII y el año 2010

10 jun 2025 . Actualizado a las 01:48 h.

El grupo municipal del PP de Vigo denunciaba hace unos días la desaparición de la escultura titulada Naturaleza transportable, del artista Christian Villamide. Estaba en los jardines del Pazo Municipal Quiñones de León. En ese espacio hay varias esculturas, pero hasta no hace mucho había alguna más. Lo cuenta la experta en historia del arte Mercedes Bangueses en su libro Escultura pública de Vigo, recién salido de la imprenta. Señala la mencionada obra de Christian Villamide y añade Caminando, de la artista portuguesa Rute Rosas y Composición escultórica, de Emilia Guimeráns. De hecho, ninguna de esta obras aparece en el catálogo escultórico que ofrece el Concello de Vigo en su página web.

Esas noticias dan pie a recordar qué se puede ver todavía en el mencionado espacio municipal. Los jardines de Castrelos albergan numerosas esculturas en diversos lugares. Son de estilos muy diversos, realizadas en variedad de materiales y distintas épocas. En ocasiones, se encuentran en lugares muy abiertos y, en otras, están casi escondida. Es el caso de Neptuno, la escultura exenta, pública y de carácter laico más antigua de Vigo. Esta pieza barroca presidió la fuente monumental que estuvo en lo que hoy es la Porta do Sol desde principios del siglo XVIII hasta finales del XIX, momento en el que se desmontó para reestructurar la zona y facilitar la apertura de la calle de Elduayen.

Mucho más reciente, aunque mantiene con Neptuno una misma tradición del trabajo de la piedra, es el Pensante, de Xoán Piñeiro (1920-1980), ubicada desde 1953 en el muro cercano al jardín inglés. Se trata de un relieve, en el que el escultor de Cangas realizó un gran ejercicio de virtuosismo a través de la contorsión de la figura humana representada.

Bonome

En el mismo plano de la figuración hay que incluir el busto del marqués de Alcedo realizado en bronce por Bonome (1901-1995) en 1926 para recordar a los vigueses y las viguesas el nombre del donante del pazo al pueblo de Vigo. Álvaro de la Vega (1954) esculpió en granito, 85 años después, la pieza Camino al bosque. Está pensada la obra para el lugar que ocupa, en la pradera del fondo del jardín, ya próxima a la solana del edificio donde residió Concepción Arenal. Es un hombre en actitud de caminar.

El artista y cantero Raúl Comesaña (1933-1999) pone la nota musical a este parque escultórico con su homenaje a los trovadores gallegos, pieza de 1965, situada muy cerca de la entrada principal al auditorio de conciertos, ya fuera del jardín del pazo. Por su parte, Silvino Silva (1936-2001) firmó en 1993 O amor e o agarimo. El también artista y cantero, con una sorprendente trayectoria, remató en granito una obra de gran dulzura. Explica Mercedes Bangueses, en el libro mencionado al comienzo, que Silvino Silva labraba la piedra de forma tradicional, es decir, con las herramientas de los canteros. Esta pieza se sitúa en el parque exterior al pazo.

Manuel Coia (1940-2017) aporta al conjunto escultórico de los jardines una figura sentada en granito. El escultor de Cangas utilizó el hueco para representar los ojos del protagonista. Está, junto a otra figura también de su autoría, en la rosaleda del jardín del parque municipal.

Se completa la figuración que se puede encontrar en Castrelos con varías piezas antiguas, algunas descontextualizadas, como es el caso de una virgen con el niño que está adosada a otra pieza ajena al espacio que ocupa. Están sitúan en el entorno del paseo de los escudos.

Muy cerca de la figura de Neptuno se levanta un bloque escultórico realizado por el artista portugués Paulo Neves (1959) en 2010. En ese año fueron ubicadas varias piezas en el jardín del pazo dentro del contexto de la exposición Natureza con arte. A ese mismo proyecto, que fue coordinado por Cuqui Piñeiro, pertenece Libertad, del coruñés Manuel Ferreiro Badía (1944). El artista empleó la diorita, un tipo de piedra poco común en Galicia y que fue bastante utilizado en el antiguo Egipto, como por ejemplo, en la estatua sedente de Kefrén.

En Vigo, en el año 1974, se realizó una exposición similar en cuanto al espacio empleado. En aquella ocasión se ubicó en el parque de O Castro, y se pudieron ver obras de, entre otros artistas, Chillida, Piñeiro, Cruz Novillo, Chirino y Subirach.

Regresando al proyecto Natureza con arte, los jardines del Pazo Quiñones de León ofrecen la posibilidad de ver otras piezas no figurativas. Es el caso de Construcción, de la viguesa Elena Gómez Dahlgren (1969). Son varios módulos de hormigón y mortero que se pueden combinar de distintas maneras y dar como resultado diferentes visiones de la misma obra.

Dos peces

En un estanque de la pradera de los jardines del pazo hay una escultura ornamental en la que se representa a dos peces. El trabajo es de Maribel Mouriño Pino (1961), según indica la web del Concello de Vigo. Esta misma página atribuye a Raúl Comesaña algunos escudos situados en el lateral del jardín francés. Señala esta web que alguno de esos escudos son copias de originales realizadas por el escultor. Justo a su lado, en la fuente de San Antón, Silvino Silva esculpió una cabeza de león sobre mármol para embellecer la salida del agua.

El parque de Castrelos es un espléndido espacio para pasear, hacer deporte o escuchar conciertos al aire libre, pero también es un lugar donde se puede apreciar el arte mientras se oxigena el cuerpo. Además, el acceso es gratuito