El humorista venezolano estará el sábado en el Teatro Afundación
20 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El comediante venezolano Luis Chataing, con larga experiencia en la radio y televisión de su país y actualmente residente en Miami, estará el sábado en el Teatro Afundación con su espectáculo Stand Up. Las entradas se pueden adquirir en ataquilla.com a partir de 30 euros más comisión.
—¿Cómo es su espectáculo?
—Este es un espectáculo de stand up. Refleja muchas historias que he ido recolectando en la propia gira actual. Hay mucho de mi traslado de Venezuela a Miami, donde resido actualmente. También hay mucho de la aparición de mis hijos en mi vida. Es un paseo por las cosas que nos suceden a todos los seres humanos en el último año.
—¿Hacer humor ante el público es una catarsis?
—Sí, es una terapia. Por ahí hay un mito que dice que el comediante, necesariamente, tiene que haber sufrido experiencias traumáticas personales para llevarlas al escenario y sanarlas a través de la comedia. Yo no estoy de acuerdo. Sí creo que esto es una catarsis colectiva porque al final hay participación del público en cuanto a reírnos de nosotros mismos y también señalar, en algunos momentos, a los poderosos, pero especialmente por desconectarnos, durante una hora y treinta minutos, de un mundo que está muy, muy complicado.
—¿El humor es un lenguaje universal o tiene códigos locales?
—Creo que se puede hacer humor apelando a lo universal, pero el humor local tiene una ventaja tremenda porque el público conecta instantáneamente con los chistes que le rodean. En mi caso, intento hacer uso de ambos. Llegaré antes a Vigo para tratar de rastrearla, con toda la intensidad posible, para incluir humor local. Después, iré a mi historia que trata de conectar con todos de la forma más precisa posible.
—¿Emplea la provocación?
—Yo no solo hago humor, también soy consumidor de humor y entiendo que hay comediantes que van más allá de la raya. Y eso está bien porque hay público que le atrae. En mi caso, aprecio mucho el ingenio, y el ingenio no es necesariamente transgresor. En mi rutina no hago uso de palabras altisonantes, sino más bien apelo a la sorpresa en el desenlace de una rutina.
—¿Hay precaución entre los cómicos en Miami respecto a lo que puede ofender al público?
—La cultura de la cancelación es un fenómeno global. Yo creo que si uno se cuida demasiado se desdibuja como persona. Todos en alguna forma afectamos a la vida de los demás de manera positiva y negativa. Cuando ve un espectáculo que me desagrada prefiero mirar para otro lado a que a que esa persona deje de ser lo que es. No podemos ser unos seres neutros porque eso es muy aburrido.
—¿Ha influido en eso la existencias de las redes sociales?
—Absolutamente. Ahora que todos podemos interactuar, conozcámonos o no, hacer algo que felizmente agrade a todos es imposible. Si no estuviste bien, te pueden quemar vivo, pero si estuviste bien también te puede pasar. Hay que tratar de ser lo más honesto posible, y ya.
—Estados Unidos es la cuna del stand up. ¿Le influyó de alguna manera en su forma de actuar cuando se trasladó a Miami?
—Mi inclinación hacia la comedia siempre estuvo inspirada por el humor americano. El formato de comedia americana me agrada mucho, así que entender culturalmente el país a donde decidí mudarme no me costó nada. Sí me costó, al trabajar yo tan intensamente en Venezuela y en profundidad el humor político, al trasladarme a Miami, que es una ciudad multicultural, tienen que hacer uso de todo tu conocimiento y de tu metodología para escribir un chiste en función a lo universal de la ciudad. En ese sentido, sí ha beneficiado mi espectáculo porque me ha puesto en la obligación de hacerme entender por la mayoría de los hispanoparlantes.
—¿Le otorga participación al público en sus espectáculos?
—Estoy intentando hacerlo más porque se está haciendo mucho la interacción con el público. A mi parecer es poner a prueba el ingenio o la capacidad del comediante de hacer gracia con lo que vaya arrojando el público en lo que haya sido consultado. Estoy explorando esa vía, pero no dejo que se me escape el espectáculo de las manos abusando de la participación del espectador. Todo lo que nutra la experiencia es válido.
—¿Qué es para usted el humor?
—Es algo con lo que nací. No puedo hacer otra cosa que no sea trabajar con la creatividad y la comedia. Y luego también es una tabla de salvación si alguien tiene un mal día; es como una provocación personal que se hace para sentirse mejor, para lidiar con lo que no está en nuestras manos y abrir una válvula de escape que permita pensar en frío.