Marta Domínguez, una novata que pisa fuerte

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

La viguesa cierra con un título su segundo año como profesional

06 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Domínguez (Vigo, 2001) todavía se considera «una novata» en el circuito profesional de squash. Acaba de cerrar su segundo año compitiendo en él y lo ha hecho con su tercer título, un Open de Gibraltar en el que se había quedado con la miel en los labios dos veces y en el que al fin se pudo quitar la espina. Deja atrás una temporada de crecimiento de la que ha sacado muchas conclusiones positivas.

Cuando hace balance de estos meses, empieza por el cuarto puesto en el Europeo de agosto pasado, pero tampoco puede pasar por alto el tercer puesto en el Mundial universitario ni tampoco este éxito aún reciente. «Cuando hay momentos entre los que elegir, es buena señal», constata. También le quedó la espina, eso sí, de perder la final del Campeonato de España. «Venía de no poder estar por covid el año anterior y quería cerrar el círculo. Aunque no soy mucho de marcarme objetivos, ese lo era», admite. Cree que pecó de inexperiencia al no saber aprovechar su momento en el partido.

Pero de aquella derrota sacó enseñanzas junto a su entrenador, Miguel Novegil, y el balance es igualmente positivo. «Estuve por encima de mis expectativas, aunque tampoco sea mucho de marcármelas. Si miro atrás, estoy orgullosa del año que he hecho», valora. Admite que le gustaría haber subido más posiciones en el ránking —es la número 67—, algo que depende más del sistema que de su evolución. «Pasé de tener una media de 75 a 100, pero por mucho que subas la media, no asciendes posiciones. Avanzo, pero no se ve reflejado», asume.

Domínguez siente que está yendo claramente a más. «Tuve la oportunidad de jugar torneos grandes, de ir a un mundial otra vez... Son experiencias muy importantes, más cuando estás empezando», precisa. Recuerda que aún tiene 22 años, que prácticamente siempre se mide a rivales mayores que tienen «más tablas» y que eso marca diferencias en los momentos complicados de los partidos, pero le sirve para mejorar.

Cuenta que en esta última cita de Gibraltar fue la primera vez que sintió que ella parecía la jugadora de más experiencia. «Hice muy buen torneo. Gané todos los partidos 3-0 menos los cuartos, 3-1. Jugué tranquila, relajada, algo que a veces, me cuesta por la tensión que me genera. Pero tomé las riendas de los partidos y estoy muy contenta de cómo jugué», recalca. Considera que esta victoria fue «la guinda» a la temporada y le da energía de cara a la próxima.

Una vida dura e increíble a la vez

Entrar en el circuito de squash profesional le ha «cambiado la vida completamente» a Marta Domínguez. Explica que en enero y febrero no compitió tanto, pero en adelante, y hasta hace unos días, no paró en casa «más de tres o cuatro días para cambiar la bolsa e ir al siguiente torneo». No oculta que es «muy duro estar dos o tres semanas fuera, muchos momentos sola, viajando, de aeropuertos», sin tener con quien compartir in situ las victorias y las derrotas, menos cuando hay más españoles, que se animan unos a otros como familia.

Por otra parte, también es una vida «increíble» en el sentido de que «conoces mundo, sumas experiencias y si tienes suerte, hasta consigues algún título», como le acaba de ocurrir a ella. «La satisfacción personal es inmensa, no se puede explicar. Pero la balanza es complicada», añade.

A nivel económico, las becas son claves, pero también está la presión por mantener los resultados y, con ellos, esas ayudas. «Ahora puedo decir que gano algo de dinero del squash, pero no para darme ningún lujo. No es la primera vez que pierdo en primera ronda y me voy no a cero, a -500», ejemplifica. Otra dificultad con la que lidiar.