Tamara Abalde: «Cierro este capítulo de mi vida sintiéndome llena y orgullosa»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

FEB

Una lesión le ha impedido retirarse en la pista: «La madurez me ha hecho entender que este final no empaña una carrera satisfactoria»

08 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tamara Abalde (1989) quería retirarse del baloncesto disfrutando en la pista. Sin embargo, la lesión de hombro que se cruzó en su camino lo impidió, una circunstancia que ha asumido y que ya no impide que se sienta «satisfecha, feliz y llena» en su adiós a la faceta de deportista profesional. Con el alta en la mano y llena de proyectos personales y profesionales, la viguesa se marcha tranquila y contenta.

—¿Cuándo tomó la decisión?

—Rondaba mi cabeza desde hace quizás dos o tres temporadas. Me lo empecé a plantear no de forma inmediata, pero sabiendo que se acercaba el momento y empezando a pensar en lo que vendría después, en proyectos de futuro y en empezar una nueva etapa. Lo llevo madurando bastante tiempo.

—Sin embargo, ha tenido fases muy buenas en el período que menciona.

—Sí. Mientras lo pensaba, me encontraba muy bien, disfrutando de muchas cosas, de buenas temporadas, la vuelta a la selección... Sabía que el final se acercaba y me centraba en disfrutar precisamente por eso, porque no lo iba a estirar mucho más. Gracias a ello, he disfrutado muchos momentos de forma más madura, siendo consciente de que eran únicos porque la despedida estaba cerca.

—Y llegó la lesión de hombro.

—Mi idea era retirarme jugando, disfrutando sobre la pista. Y esa lesión me impidió hacerlo. Se complicó más de lo que esperaba y de lo que hubiera imaginado, porque no tenía un diagnóstico real y adecuado. En la prueba de imagen no se veía lo que había, así que estuve forzando mucho tiempo, pasando dolor. Me frustraba viendo que el trabajo de rehabilitación que hacía ayudaba un poco, pero no terminaba de curar una lesión que empeoraba con el tiempo.

—¿Cómo vivió la temporada en el Ensino, casi en blanco?

—Fue dura, con mucha incertidumbre. Sentía muchísimo dolor en mi vida diaria y al final, tomamos la decisión de operar porque no veíamos más salida. Ahí llegó el diagnóstico real: dos tendones rotos y alguna cosilla más. El hombro estaba hecho un desastre. Por una parte, fue un alivio comprender la causa del dolor y encontrar la solución, pero por otra, suponía una rehabilitación complicada y más larga de lo esperado durante la que tuve mucho tiempo para pensar.

—¿Qué se le pasaba por la cabeza?

—Pude pensar en mi estado físico y anímico y en qué tenía sentido: si esa idea de retirarme jugando y disfrutando pesaba más que, entre comillas, la realidad de que sigo cumpliendo años y llevo bastante tiempo parada. Me planteé hasta qué punto tenía sentido tanto tiempo, esfuerzo y sufrimiento para volver, a qué nivel y durante cuánto tiempo. En esos meses, suceden otras cosas en mi vida a nivel personal y profesional, surgen oportunidades. Recientemente, me han dado el ata por fin, pero para volver a jugar necesitaría otros seis meses de rehabilitación y ver cómo responde un hombro que ha estado muy machacado. Ahí lo decidí.

—¿Cómo se siente una vez que ha dado el paso?

—Durante estos meses, cuanto más tiempo pasaba, más se centraba mi cabeza en la realidad e iba asumiendo que lo que tenía sentido era recuperar el hombro, pero para una nueva etapa en mi vida. La madurez me ha hecho comprender que no siempre las cosas terminan como queremos, que no podemos controlar lo que no depende de nosotros. He comprendido que no poder retirarme en la pista como quería no es algo que empañe una carrera bonita y satisfactoria, llena de momentos bonitos y de la que estoy muy orgullosa.

—¿Qué balance hace al echar la vista atrás?

—Cierro este capítulo tranquila y feliz, me siento llena y orgullosa. Estos meses me han hecho sentir más agradecida y afortunada de todo lo que he podido vivir. Desde que lo anuncié, recibí mensajes de esa gente que te has cruzado, que son amigos o compañeros, y me hacen sentir aún más afortunada.

—Ya hace tiempo que afirmaba que este momento no le daba vértigo porque tenía plan B. ¿Qué proyectos se avecinan?

—Sí, hace años que me siento preparada para esta nueva etapa y estoy con muchas ganas. Tengo algunos proyectos, pero sobre todo, a nivel personal, quiero formar una familia con mi marido y ahora es ese el proyecto más bonito que tengo.

—¿Seguirá ligada al baloncesto de alguna manera?

—Ligada voy a seguir, pero de momento, solo animando a mi hermano (el también jugador profesional Alberto Abalde). Mis proyectos van por otro lado.

—¿Con qué se queda de estos casi 20 años como profesional?

—Si tuviera que destacar momentos, me quedo con las dos citas olímpicas a las que pude ir. Estar en la selección es uno de mis mayores orgullos. Por supuesto, ganar el Europeo del 2019 fue especial y lo saboreé mucho, como estar en Tokio con mi hermano. Y me llevo del baloncesto amistades para toda la vida.