El Meixoeiro estrena una técnica para tratar con radioterapia los cánceres de esófago desde dentro del tumor

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

La braquiterapia no se empleaba hasta ahora en Galicia para este tipo de dolencias, en las que el Chuvi es el centro de referencia

03 feb 2023 . Actualizado a las 13:17 h.

El Hospital Meixoeiro ha empezado a tratar algunos cánceres de esófago con braquiterapia. La braquiterapia es un tipo de radioterapia en que el tumor no se radia desde el exterior, sino que la fuente que emite electrones está dentro de la propia lesión o bien pegada a ella. Normalmente son semillas radiactivas. Esta técnica se empleaba ya para otros cánceres, principalmente de próstata, pero no se utilizaba en los de esófago. En Galicia, esta enfermedad oncológica tiene una incidencia mayor que en la media española, especialmente en la fachada atlántica. En España se diagnosticarán este año 2.300 casos, según un informe de la Sociedad Española de Oncología Médica. Este sábado se celebra el Día Mundial contra el Cáncer.

La nueva técnica se ha utilizado ya en un paciente, una persona de 63 años del área de Santiago que tenía muchas otras patologías y, por ello, someterla a una intervención quirúrgica era complicado. El jefe de la unidad de oncología radioterápica de Galaria (la empresa pública que gestiona este servicio en el Meixoeiro), Víctor Muñoz, explica que esta técnica se va a reservar, fundamentalmente, para tres supuestos: las personas en las que una operación está contraindicada, los cánceres en los que se produce una obstrucción del esófago (el paciente no puede tragar) y, en general, los casos de tumores superficiales. Aunque el tumor se haya extendido por buena parte del tubo digestivo, se puede aplicar. En todos estos casos hasta ahora se utilizaba la radioterapia externa, que supone más sesiones y quema más tejido sano.

«La braquiterapia es la radioterapia más ajustada al tumor», explica el jefe de servicio. Es una obsesión de los radioterapeutas que se emita radiación solo sobre el cáncer y no en los tejidos adyacentes que estén sanos, para disminuir los daños y facilitar la recuperación. Es uno de los inconvenientes de la radioterapia, ya que con un cuerpo en movimiento constante no es sencillo dirigir el haz de radiación a un punto exacto. Para introducir la fuente de radiación se hace un tac al paciente y se reconstruye el esófago en tres dimensiones. Esto permite dirigir las dosis al punto exacto donde se encuentra el tumor.

«En función de los otros tratamientos que haya recibido el paciente antes o de los que vaya a recibir después, se pueden dar entre tres y seis sesiones; con la radioterapia serían en torno a veinte», incide. Los efectos secundarios son, pues, mucho menores.

En este procedimiento colaboran endoscopistas del servicio de digestivo y oncólogos radioterápicos, así como neumólogos y radiofísicos, además de los técnicos y el personal de enfermería. La encargada de dirigir la primera intervención fue la endoscopista Nereida Fernández. Se hizo la semana pasada. Víctor Muñoz destaca que la llegada de médicos jóvenes ha permitido poner en marcha esta técnica, que llevaba ya un tiempo autorizada.

El Complejo Hospitalario Universitario de Vigo es el único hospital gallego que tiene autorizada esta técnica, de modo que el resto de centros sanitarios tendrían que derivar los casos que puedan ser beneficiarios de ella. Víctor Muñoz estima que en el primer año de uso de la braquiterapia de esófago tratarán a entre 15 y 20 pacientes, mientras que a corto plazo esperan llegara al doble. Aunque todo dependerá de cómo evolucione. «En el caso de las obstrucciones de esófago, se ha demostrado que con la braquiterapia la desobstrucción es más duradera», dice, de modo que se podría generalizar más su uso en el futuro.