La angustia de una mujer en silla de ruedas en busca de su perrita

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Lanna, a la que acababa de rescatar, se asustó con el tráfico de Vigo y huyó

01 feb 2023 . Actualizado a las 23:36 h.

La suerte pasó por la vida de la perrita Lanna, o Pelanas, pero la fortuna se volvió a ir muy pronto. Purificación Escobar, una viguesa que lleva diez años en silla de ruedas tras sufrir un accidente, se convirtió en su salvadora. A la mujer no se le había pasado por la cabeza ser ninguna heroína, pero cuando leyó un aviso en una web especializada en anuncios al que contestó, terminó sacando a una perra de tres años de una jaula. No se lo pensó mucho al verla. «Yo tenía un schnauzer pero al separarme de mi marido, se lo quedó él», lamenta. «Tras una temporada bastante mala, cuando ya me sentía con fuerzas, vi a esta perrita, que se le parecía un poco, y fui a por ella», cuenta.

Fue a buscarla hace diez días, el domingo, 22 de enero, y se la encontró en unas condiciones mejorables: «La tenían a monte, sin desparasitar, sin vacunas, sin chip. Se vino conmigo y al principio estaba un poquito asustada, pero enseguida se le pasó», cuenta. «Yo la llevaba bastante conmigo en el colo porque voy en silla de ruedas e iba contentísima, pero también la bajaba al suelo, claro», prosigue. Purificación llevaba tres días con ella y cuando iba a aparcar su coche adaptado en la calle Santo Domingo, en una plaza reservada para personas con movilidad reducida en el entorno de la plaza Fernando el Católico, al bajar por la rampa del vehículo, el animal se escabulló del collar y aunque la dueña consiguió llevarla hacia la acera, «llegó detrás otro con coche del que salió una chica intentando agarrarla, pero al gritar se asustó y salió corriendo».

Sobre Pelanas, que Purificación inscribió en el registro de animales de compañía como Lanna, «para que se pareciese el nombre, pero que no fuese tan despectivo», explica, le han llegado varias alertas. Supuestamente la han visto por las inmediaciones de la estación de Urzaiz y en la entrada de la autopista, por la calle Lepanto. «Llamé a Autopistas ese día, después a la Policía local por si habían encontrado alguna mascota fallecida, me dijeron que llamase al servicio de Limpieza, insistí al saber de un aviso en redes de que habían encontrado a una en la playa de la ETEA, también a todos los refugios, a la Madroa, al de la Diputación, pero ni rastro, ni viva ni muerta». La mujer pegó carteles por todo Vigo con la foto que le hizo tras llevarla a la peluquería «donde le pusieron dos chichitos» y más de mil personas lo han compartido en redes sociales, pero no aparece. «Estoy sufriendo mucho por ella. Si la tiene alguien, que la cuide. Prefiero pensar eso a que esté en algún agujero muerta de hambre y frío», reconoce.