Con acentos de amor encendidos

Fernando López Combarros

VIGO

Cedida

El padre Tomás Argüelles hizo la letra del himno que los devotos del Cristo de la Victoria empezaron a cantar hace cien años

07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace cien años comenzaron los devotos vigueses del Cristo de la Victoria a cantar con entusiasmo el himno que así comienza. La letra la hizo el padre Tomás Argüelles, jesuita, y la música la escribió don José Torres Creo, organista de la Colegiata. El himno lo redactó y entregó el padre Argüelles cinco meses antes de morir, en julio de 1922. Fue profesor de Retórica y Lengua en el Colegio del Apóstol Santiago en A Guarda y en Vigo. Nacido en Oviedo en 1855, entró en el noviciado de los jesuitas en Poyanne (Francia) a los 22 años. Aficionado al estudio de las conchas marinas, recorrió buena parte de las costas gallegas para su estudio y clasificación. Colaboró con el padre Baltasar Merino, botánico jesuita, en la construcción de un magnetómetro con el que poder predecir las grandes galernas del mar.

Su gran vocación (muchas veces lo llamaban) fue la de orador sagrado, predicador; bien se nota en la redacción del mencionado himno en el que combina historia y exhortación animosa y confiada, creyente.

Un himno sin letra queda cojo y expresa a medias el sentir colectivo. Gracias a don José Torres y al padre Tomás Argüelles, los vigueses podemos expresar, cantando, nuestra encendida devoción al Cristo que salvó nuestros hogares, bienes, la vida y el honor de esta noble ciudad.