Hallado el cuerpo del niño desaparecido en el río Miño en Arbo

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua ARBO / LA VOZ

VIGO

Óscar Vázquez

El pequeño de diez años ha aparecido a tres metros de profundidad, cerca del lugar desde el que cayó al agua

03 may 2022 . Actualizado a las 00:00 h.

Los buzos de la Unidad de Buceadores de Ferrol (Ubufer) han encontrado este domingo a primera hora de la tarde el cuerpo del niño de diez años que había desaparecido en la tardenoche del sábado arrastrado por la corriente del río Miño, según confirma el jefe del operativo de búsqueda, el comandante naval del Miño. Tanto él como su padre, L.C.R.C., de 42 años, murieron ahogados de una manera fortuita y trágica. La familia, de cuatro miembros y afincada en Vigo, estaba pasando la tarde en la playa fluvial de Arbo. En una zona ligeramente apartada de la misma, al niño se le escapó una chancla. Fue a cogerla y el río lo engulló. El padre se lanzó detrás y logró abrazarlo, pero la corriente los arrastró. Fue su mujer, que se quedó con la niña de ocho años, la que llamó al 112.

En ese tramo, el río baja a toda velocidad, en una sucesión frenética de rápidos, recovecos, zonas de remanso y remolino. Hay varias pozas profundas y el cauce está punteado de pesqueiras para la captura de la lamprea. La visibilidad desde fuera es mínima y bajo la superficie hay cuevas horadadas por el agua en la piedra con el paso de los años. Toda esa mezcla dificultaba mucho la búsqueda del cuerpo del pequeño y se esperaba que la investigación fuese larga. Una hipótesis era que el cuerpo podía haber sido arrastrado río abajo varios kilómetros.

Finalmente no ha sido así. El niño ha aparecido a unos 500 metros del lugar donde se había caído, junto a la pesqueira de Frades. Al padre lo habían hallado a unos 250 metros. En cualquier caso, en puntos relativamente cercanos al lugar en el que cayeron al agua. «Son aguas muy frías, ya al primer contacto pueden dejar bloqueado a cualquiera», explicó por la mañana a La Voz el capitán de corbeta Ángel Lozano, comandante de la unidad que ha encontrado el cuerpo. Eso puede explicar, en parte, por qué todo sucedió tan rápido y los cuerpos han aparecido tan cerca. 

«Ha sido un golpe de suerte, porque el sábado por la noche, el dron con cámara térmica de la Axega pasó varias veces por encima y no lo detectó», explica el comandante naval del Miño, Pablo Redondo, jefe del operativo de búsqueda, «conforme ha avanzado el día ha mejorado la visibilidad, los sedimentos se han ido posando el fondo y los buceadores lo han encontrado».

En el momento de la desaparición, sobre las 19.30 del sábado, el Miño bajaba caudaloso y a una enorme velocidad. Es una zona con muchas corrientes, donde hay empresas que ofrecen cursos de kayak por los rápidos. Una de las primeras medidas que tomó el operativo de emergencia fue solicitar a la presa de Freiría (a unos 15 kilómetros) que cerrase las compuertas. Gracias a eso, liberando solo el caudal ecológico, el curso del río bajó, se redujeron las corrientes y el nivel del agua se rebajó en unos dos metros. 

Esto ha facilitado el trabajo de los buzos del GEAS de la Guardia Civil y de la Ubufer, de la Armada. Cuatro personas de cada equipo se han repartido el trabajo y han estado desde la mañana del domingo peinando la zona casi sin descanso para encontrar el cuerpo. «Las búsquedas en ríos son muy complicadas, porque hay corrientes», explica el brigada jefe del GEAS, Celestino Gago, «a veces nos arrastran y no podemos estar en una zona». La Guardia Civil y la Armada se han apoyado en la gente que más conoce el río, los pescadores y los palistas. Miembros de al menos tres clubes de remo han acudido a la zona a ayudar a buscar el cuerpo y han estado remando en sus kayaks. Vítor Ribeiro, un portugués que tiene una empresa que ofrece rutas por los rápidos, Coraltours, explica que «las pesqueiras tienen hierros y redes, es muy peligroso bajar», dice.

Tanto la Guardia Civil como la Axencia de Emerxencias de Galicia (Axega) desplegaron sus drones y se repartieron la zona para buscar al niño. Las aeronaves volaron a una altitud de 20 metros, pero bajando hasta unos cuatro lo que permite hacer un seguimiento visual en una pantalla de todo lo que muestra la cámara. Tanto el equipo Pegaso de la Guardia Civil como los drones de la Axega peinaron la zona haciendo una cuadrícula de todo el río para ir descartando posibles ubicaciones del cadáver. Han cubierto una zona de aproximadamente un kilómetro lineal.

La coordinación de todos esos equipos a la vez ha permitido encontrar al niño en un tiempo récord, antes de lo que todos los miembros del equipo imaginaban. 

El alcalde de Arbo, Horacio Gil, agradeció la rapidez y la coordinación del dispositivo de búsqueda para que «dentro de la desgraciada situación, al menos se pudiese devolver el cuerpo a la familia». El lunes la corporación celebrará un pleno para declarar el luto oficial.