Cuidado cuando una fiera escribe un libro

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Rafael López Vilas, que dejó la pintura por la escritura y que como poeta es conocido como El Lobo Está Aquí, aborda en su primera novela, Tierra quemada, la crisis política y financiera que llevó a tantas familias a la miseria

11 mar 2021 . Actualizado a las 00:46 h.

Rafael López Vilas (Vigo, 1975) estudió Empresariales hasta que se dio cuenta de que allí no pintaba nada, pero que sí lo hacía como artista plástico. Por eso se recondujo y se formó en la Escuela Municipal de Artes y Oficios (no en Bellas Artes por razones económicas). Pero el día que se dio cuenta de que expresaba mejor con la palabra que con la pintura lo que quería contar, no tuvo piedad ni consigo mismo ni con los pinceles a pesar de que, afirma, «lo disfruté muchísimo». De un día para otro y de forma natural, sin traumas, arrinconó esa parte de su existencia en la que se ganaba el pan como creador plástico. No quería perder ni un minuto más con una profesión que ya no sentía. Deseaba ganarlo con otra que sí le llena aunque no dé para vivir y su realidad laboral se sitúe entre el sector de la automoción y el almacenaje. Además, reconoce, «los libros fueron la tabla de salvación de mi infancia y en este no es una hipérbole», asegura sin querer entrar en detalles.

Con todo ese bagaje nació casi tres lustros su primera novela: Diatriba de la parte de atrás. Con ella fue finalista del Premio Joven de Novela de la Universidad Complutense 2007. «Al ganador se la publicaban, pero la mía se quedó sin ver la luz», lamenta. Podía haberla autopublicado, pero opina que «para eso tienes que tener detrás el apoyo de un gran círculo social del que yo carezco», reconoce. Así que en realidad su estreno público en el mundo de las letras fue hace doce años con su primer poemario, Recuerdos de la cisterna. Desde entonces no ha dejado de escribir y aunque parte de esos textos sigan en el cajón, eso no ocurre con su nueva novela, Tierra quemada (Ed. Versátiles, 2019) , ambientada en la crisis del 2007 auspiciada por la corrupción, el estallido de la burbuja inmobiliaria, los recortes y los rescates bancarios.

El autor reconoce que siempre ha sido muy crítico. El realismo social atrapa su interés desde su etapa como pintor figurativo y aún con más ferocidad desde su anterior trabajo, el poemario Lobo come lobo, que tiene que ver con un alter ego poético que toma el título de su blog: El lobo está aquí. Con ese nombre participa en recitales y eventos como el Festival Internacional Kerouac.

El título de su novela, Tierra quemada, hace referencia al paisaje desolador que queda tras un desastre. En este caso, el que deja un entramado de corrupción inmobiliaria y conexiones políticas, en familias que de repente se vieron en la cola de comedores sociales y algunas se quedaron sin nada, desahuciados de sus casas. «A esas personas está dedicado especialmente el libro», afirma. López Vilas cuenta que los protagonistas son tres amigos de la infancia, uno de ellos sindicalista con triste final, otro un periodista, que investiga una oscura trama y un tercero que es la personificación de la crisis, un hombre con un trabajo normal y corriente, como su mujer, que cae enferma, y ambos son despedidos de sus empleos. «Es un libro difícil porque hay gente que se reconoce y eso no les suele gustar porque trata temas incómodos, pero no deja indiferente», asegura añadiendo que aunque la historia se sitúa en el 2007, la crisis que empezó en aquel momento no terminó allí y la precariedad del sistema actual viene de entonces», reflexiona al hilo de esta novela negra político-social

De tierras y enterrados

Aunque la historia que cuenta en Tierra quemada está ambientada en Madrid,» con aquella atmósfera política de corruptelas en el gobierno local, regional y más arriba», hay algún guiño a Galicia y entre los personajes, protagonistas de tanta actualidad como Luis Bárcenas. Pero el autor eligió como escenario para la foto que ilustra la página, el cementerio civil de Pereiró, rebautizado como el Xardín da Memoria Histórica, donde están enterrados algunos de los alcaldes fusilados por el régimen franquismo, «porque uno de los temas que está en el fondo de esta novela es el patrioterismo tan en boga», lamenta.

A pesar de que la pandemia echó abajo toda la agenda de presentaciones organizada con citas por toda España, Rafael no pierde la esperanza de retomarla en cuanto la situación se normalice «un poco más». La primera que tenía cerrada era en Vigo, «en el café De 4 a 4», recuerda, y está deseando arrancar ese periplo que le llevará por medio país.

Mientras tanto, tiene entre manos un proyecto editorial en el que tiene puesta la ilusión de acercarse a la literatura desde el campo profesional. Tierra quemada ha sido preseleccionada para el XXVII Premio Andalucía de la Crítica 2021 y está lista la publicación de su siguiente poemario, que completará y cerrará el círculo de la que ha bautizado como Bilogía Obrera iniciado con Lobo come lobo.