«Esta situación nos está afectando psicológicamente»

la voz VIGO

VIGO

Oscar Vázquez

En dos meses de competición, el PBB ha jugado dos partidos mientras otros clubes de EBA disputaron siete

19 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Porriño Baloncesto Base disputa hoy (20.15), en su pabellón frente al Agustinos, su tercer partido de la temporada. Mientras algunos equipos han jugado siete y cinco encuentros, las circunstancias han dejado rezagados a los de Jenaro Alonso, que viven una temporada muy complicada en la que han tenido que estar parados quince días tras cada uno de los duelos que sí han disputado. Las consecuencias de la pandemia están marcando por completo el devenir del equipo.

Su entrenador admite que no está siendo nada fácil el escenario que les ha deparado este curso. «Hablo a nivel deportivo exclusivamente, porque la situación es complicada para todo el mundo, pero nos está resultando muy complicado», indica. Los parones han dificultado sobremanera que puedan «coger ritmo» y ahora se van a encontrar con una acumulación de partidos después de muchas semanas sin apenas competir.

Al hecho de no poder disputar algunos encuentros por casos de coronavirus en los equipos rivales se sumaron las dificultades para ir reubicando los que quedaban pendientes. Y también pasaron ya la jornada de descanso que les corresponde por pertenecer a un grupo impar «El resto de los equipos ya habían metido sus partidos en el calendario sin contar con nosotros», cuenta.

Porque quien más y quien menos tenía algún partido atrasado que recuperar, y cuando el PBB fue contactando con los rivales, resultó ser tarde para ellos. «Cada uno busca adaptarse lo mejor posible y buscar la mejor solución para ellos. Cuando intentamos hablar con los distintos responsables, ya tenían los partidos colocados. Fue todo una cadena», ahonda.

Ahora les espera «un mes complicado» en el que comienzan ahora jugando sábado y martes y también retomarán la competición antes (el 9 de enero) con uno de los compromisos pendientes. «No queda otra que adaptarse», asume Alonso. Pero reconoce que al vestuario le está afectando. «Somos como una familia, había mucha convivencia. Ahora llegas, entrenas y te vas. No hay vida de equipo, no tienes vestuario ni pueden quedar como siempre han hecho. Nos está afectando psicológicamente», valora. Tampoco es sencillo, añade «mantener el ritmo y la intensidad cuatro días a la semana y que llegue el sábado y no jugar. Se ve diferente y cuesta».

Alonso no se ha planteado aumentar los entrenamientos porque tiene muy presente que sus jugadores no son profesionales. «Tienen vida privada, estudian, trabajan, alguno es padre de familia... No viven de esto y valoro mucho su sacrificio. Me parecería una locura hacerles venir a entrenar un sábado», expone. Recuerda que en ocasiones hacen viajes de diez y doce horas, mientras en un partido de casa acaban invirtiendo entre tres y cuatro. Muchos esfuerzos que esta temporada están costando incluso más.