Chalot, el imprudente

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Una comisión de coroneles franceses analizó en 1812 las causas de la redición de Vigo en marzo de 1809

14 dic 2020 . Actualizado a las 13:15 h.

Carente de actividad, prudencia, energía y firmeza. Así calificaron a Jacques Antoine Chalot los coroneles Digeon, Deconchay y Baurot en el informe ordenado por el príncipe de Wagram y de Neufchatel para analizar las causas de la rendición de Vigo en marzo de 1809. Está firmado el documento en Palencia el 8 de abril de 1812 y, guardado en el Archivo Histórico Nacional.

Los tres militares analistas de la situación ejercían entonces los cargos de comandante del 2º de Artillería del ejército francés de Portugal, comandante del 25º Regimiento de Infantería Ligera y jefe del Estado Mayor de la 3ª División, respectivamente.

En el informe, los militares franceses van explicando a su superior, que era el jefe del Estado Mayor del Ejército, su análisis de la derrota francesa en Vigo y el grado de responsabilidad de su comandante. Dicen que desde la llegada de Chalot a Vigo, el 8 de marzo de 1809, no supo aprovisionarse de víveres debido a que no escoltó suficientemente los carruajes que salían al exterior de la plaza. «Podría haberle sido muy fácil porque disponía de 800 hombres», apuntan los tres coroneles. Añaden que el militar galo no organizó la defensa de la plaza, a pesar de que «había suficientes oficiales de ingenieros, artillería, caballería e infantería para realizar el trabajo y organizar la tropa por lo que es reprobable no haberlo hecho».

Los analistas opinan que «escuchó con demasiada facilidad informaciones exagerando lo que hicieron las fuerzas insurgentes», pero, lo cierto, según ellos, es que Chalot capituló a la primera de cambio. «El señor Chalot debió cesar a partir de ese momento toda comunicación con el enemigo y solo pensar en defenderse», se puede leer en el informe.

Como vías alternativas, los tres coroneles señalan que el comandante de las tropas francesas en Vigo tendría que haberse atrincherado en el castillo [no indica si se refieren al de O Castro o al de San Sebastián] «o hacer una salida general para unirse al señor general Lamartière en Tuy». En el informe, los coroneles Digeon, Deconchay y Baurot se muestran partidarios de la salida hacia Tui.

Los tres rechazan las alegaciones presentadas por Chalot respecto a que no tenía hombres suficientes. Recuerdan que tras el refuerzo llegado de Santiago, sumó 1.200 soldados dentro de las murallas de Vigo.

Ricardo Troncoso García-Cambón escribió en el número 16 de la revista Glaucopis, (Instituto de Estudios Vigueses), la biografía más extensa hecha hasta ahora de Chalot. Un militar, según se desprende del artículo, con una vida intensa en el mapa geopolítico europeo del tránsito del siglo XVIII al XIX. Recuerda Ricardo Troncoso que el coronel francés tenía 37 años cuando estuvo al frente de la plaza de Vigo y que, con anterioridad, participó en batallas tan conocidas como las de Austerlitz y Jena.

Viendo su currículo militar, se desprende que tenía experiencia para afrontar la situación a la que fueron sometidas las fuerzas francesas por los gallegos que sitiaron la villa de Vigo. Quizá fuese más prudente de lo que afirmaron en el informe sus superiores y salvó a ambas fuerzas de una gran mortandad.

Tras la rendición de Vigo, Chalot estuvo prisionero en Inglaterra hasta 1814, año en el que regresó a su patria y se reincorporó al ejército. Tras la derrota de Napoleón y su posterior huida de Elba, Chalot se mantuvo fiel al rey Luis XVIII hasta su jubilación en 1818.