Aves libres de perros en la playa de Calzoa

Antón Lois AMIGOS DA TERRA

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Con temporales, no conviene que los perros persigan a quienes buscan refugio

14 dic 2020 . Actualizado a las 13:15 h.

Hoy les invitamos a contemplar una escena desde tres puntos de vista. El escenario podría ser Playa América, O Vao, Calzoa, Arealonga o cualquier playa de la ría que prefieran. El fondo serían los temporales encadenados de estos días y la escena es un perrito trotando por la playa hacia un grupo de aves que, ante su llegada, levantan el vuelo.

Aquí llegan los posibles puntos de vista. Para el dueño o dueña del perrito, su simpática mascota, que lleva a la playa porque «ahora no hay nadie» olvidando que las aves son alguien, está jugando, persigue a los pajaritos, y es divertido ver cómo juega el perrito y lo bien que lo está pasando. El perrito tiene un punto de vista algo diferente: él es un depredador, las aves son sus presas y su instinto ancestral sigue marcando sus reacciones debajo de una capa muy delgada de domesticación entra en funcionamiento. Nuestro amigo perruno lo que está haciendo no es jugar, sino cazar, lo cual no es ni bueno ni malo, es su naturaleza. Tampoco es un juego para nuestras terceras protagonistas, las aves. Ellas lo que ven es a un depredador intentando comérselas y levantan el vuelo por simple instinto de supervivencia, tan ancestral como el instinto de caza del perrito y que, entre otras cosas, ayuda a que sigan vivas.

Aunque la mayoría de las ordenanzas municipales permiten la presencia de perros en las playas fuera de la temporada estival (salvo en aquellas autorizadas expresamente), lo cierto es que dicha autorización no incluye que puedan ir sueltos. Aquí nos encontramos en general con una cierta tolerancia por parte de los concellos que, con buen criterio, consideran que, especialmente en invierno, poca molestia pueden provocar los perros corriendo por la playa, especialmente si sus dueños son responsables, que en la inmensa mayoría de los casos lo son; y por eso las excepciones son la noticia. Por eso, reiterando que bienvenida sea la tolerancia por parte de las autoridades, volvamos al principio para hacer un llamamiento a la responsabilidad con nuestras primas las aves marinas. Pónganse en su lugar. Nuestras costas son, además de hogar y refugio para nuestras aves residentes, una importante zona de invernada a donde llegan en sus migraciones millares de aves buscando alimento, y refugio también.

Cuando se suceden los temporales se suman muchas aves pelágicas (las que pasan prácticamente toda su vida en alta mar) buscando cobijo temporal. Estos días llegan muchas tras luchar con temperaturas muy bajas, vientos feroces que en el mar superan los 100 kilómetros por hora y unas olas que alcanzan los diez metros de altura rompiendo ferozmente y creando remolinos y corrientes de superficie imprevisibles. No es agradable para un pajarito como un paíño, que apenas pesa unas decenas de gramos, o una pardela, un mascato, un arao o tantas otras aves. Y por eso buscan un refugio seguro hasta que la cosa amaine un poco.

El primer problema es que cada vez quedan menos refugios. Ya es un milagro encontrar algún lugar en el litoral sin urbanizar, o «humanizar». Todo esto quiere decir que cuando llegan a la costa y las playas están absolutamente al límite de sus fuerzas (de hecho muchas mueren en el mar sin conseguir llegar), ateridas de frío y sin reservas de energía. Y entonces se encuentran con el perrito… «jugando». El sobreesfuerzo que les supone algo tan aparentemente trivial como tener que levantar el vuelo para escapar del perrito puede significar agotar sus últimas fuerzas, o lo que viene siendo lo mismo, la diferencia entre la vida y la muerte.

Por eso les pedimos que en general, pero sobre todo estos días (y añadimos en la época de cría primaveral), no dejen que los perros se acerquen a las aves (y de paso ustedes tampoco, si nos hacen el favor). Así, quizás comprendamos por qué es un error elegir como autorizadas para perros todo el año determinadas playas en las que las asociaciones ornitológicas estudiaron que, no solo en invernada sino permanentemente, son refugio de aves, como A Calzoa. Y si permiten una cuestión personal, conste que se lo pide alguien que tiene perro (adoptado, por supuesto) y de los que corren mucho además. Por eso evito las zonas con aves.