El mar recuperará su espacio en Samil

antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Es cuestión de tiempo que el Atlántico se lleve las infraestructuras del litoral

03 dic 2020 . Actualizado a las 10:41 h.

A razón del ritmo actual de 2´5 centímetros por década de aumento del nivel del mar en las Rías Baixas en crecimiento exponencial, equivalentes a 2 metros de retroceso de las playas en ese período, es solo cuestión de tiempo que el Atlántico se lleve por delante todas las infraestructuras de la playa de Samil.

Hace más de una década, por convicción o por necesidad (previamente la propia Universidad de Vigo advertía que todo esto iba a ser engullido por el mar) desde el entonces Ministerio de casi todos los medios: medio ambiente, medio rural y medio marino (solo les faltó incluir el medio aéreo y el etéreo) se diseñó un proyecto para la recuperación del ecosistema dunar de Samil.

Este proyecto partía de una premisa: la retirada de todas las infraestructuras públicas y privadas que ocupaban ese espacio y su retranqueo al menos 50 metros tierra adentro como mínimo.

Ese fue el problema, y conste que empezamos muy bien, pues cuando la primera concesión terminó su vigencia, el restaurante As Dornas, la decisión municipal fue no renovarla y derribar la edificación. En su día felicitamos al concello por tan excelente como coherente decisión que sentaba un precedente ejemplar.

El tiempo demostró que quizás tuvimos un exceso de optimismo. Poco tiempo después era la concesión del antiguo restaurante Jonathan la que caducaba y la decisión municipal fue la contraria: edificar un nuevo restaurante con una concesión de décadas por delante

Era algo incomprensible tomar dos decisiones radicalmente contrarias, pero al menos podríamos pensar que estábamos ante un empate: una concesión se derriba, la otra se prorroga.

Esta semana tras anunciar que en la parcela del Camaleón se instalará un nuevo restaurante (tras descartarlo hace solo unos meses) hemos roto el empate, ganan las concesiones, pierde la recuperación del ecosistema dunar de Samil. Por medio tuvimos otras malas noticias, por ejemplo a la parcela del antiguo hotel Samil podría haberse trasladado al menos el complejo deportivo de la desembocadura del Lagares, otra de las infraestructuras que deberían retirarse para regenerar el ecosistema dunar, con la ventaja añadida de que algunas infraestructuras, como una pista de tenis (e incluso piscina) ya estaban hechas. Sería lógico y más barato, quizás ese era el problema, pero se decidió edificar un nuevo hotel.

Pero tampoco la parcela de As Dornas se libró de una actuación incomprensible, como ajardinarla y convertirla en una pradera de césped que incluye ahora palmeras. El concello decidió que, en lugar de dejar las palmeras de la plaza de la estación en su sitio (sería lógico y más barato) se trasladasen a dicha parcela en la que no pintan absolutamente nada en ese ecosistema y no tienen nada que ver con la regeneración que figuraba en el proyecto ministerial. Recordamos que cuando se decidió que en la parcela del antiguo Jonathan se instalara un nuevo restaurante la justificación (una de ellas) municipal fue que «el gobierno del PP había metido en un cajón» el proyecto de regeneración de Samil, quizás olvidando el condicionante de retirar las infraestructuras. En cualquier caso era cierto que el proyecto terminó en un cajón aunque en rigor quien lo guardó fue la ministra Rosa Aguilar y sus sucesores, Arias Cañete e Isabel Tejerina, se limitaron a dejarlo allí suponemos que en espera de que el concello diera el primer paso, la retirada de todas las infraestructuras, públicas y privadas, asentadas sobre el arenal de Samil. Podemos confirmar, revisando los presupuestos del estado, que el actual gobierno estatal tampoco encontró la llave para abrir dicho cajón. Por cierto ¿quizás en ese mismo cajón estará también el anunciado proyecto de recuperar para uso público el perímetro de la isla de Toralla del que tampoco nunca más se supo? Ya que se decidió no hacerlo por las buenas el mar terminará recuperando por las malas y reorganizando ese espacio, empezando por el paseo.