Sus hermanos Emilio, Manuel y Pastor también fueron ciclistas profesionales, también de éxito. De hecho, Emilio gano la Vuelta en 1950 y su hermano Manuel fue segundo, otra rareza en esta emblemática prueba.
En Vigo, es también recordado por su emblemático negocio de bicicletas y porque su nombre siempre fue una bandera para los aficionados al ciclismo. Y fue un ejemplo para otro campeón de Ponteareas, Álvaro Pino, con su memorable Vuelta a España de 1986, en una edición de leyenda en la que derrotó a Laurent Fignon, Sean Kelly, Robert Millar y Perico Delgado.