El centenario faro de cabo Silleiro

VIGO

Faro de Cabo Silleiro, en Baiona.
Faro de Cabo Silleiro, en Baiona. XOAN CARLOS GIL

Inaugurado en 1866, su reforma en 1942 lo convirtió en el más avanzado de España y sobrevivió a un dramático incendio

20 ene 2020 . Actualizado a las 11:15 h.

En cabo Silleiro se alza uno de los faros más espectaculares de Galicia. Construido en 1866, el edificio actual data de 1924. Situado a 85 metros de altura, ofrece vistas increíbles sobre el Atlántico y las islas Cíes. Su potente luz de 3.000 vatios puede verse a cuarenta millas de distancia. Y aspira ahora a convertirse en un alojamiento turístico único, con las obras que realiza la Autoridad Portuaria de Vigo para transformarlo en un hotel singular.

El faro de cabo Silleiro, en la entrada sur de la ría de Vigo, fue uno de los emblemas de la renovación de las señales costeras de Galicia que se acometió a mediados del siglo XIX. Desde la torre de Hércules, que dicen que fue levantada en el siglo I en tiempos del emperador Augusto, no habían vuelto a construirse faros en la costa gallega. Diecinueve siglos más tarde, en el fondo de la ría viguesa se levantaba el primero de la modernidad. En abril de 1944 se inauguraba el viejo faro de A Guía, para guiar el tráfico hasta el lazareto de San Simón, que había sido inaugurado en 1838. Aquella primera luz empleaba una lámpara de aceite, que fue luego sustituida por el petróleo. En 1914, sería reemplazado por la actual construcción que más tarde incorporaría la electricidad.

El de Silleiro llegó en una segunda oleada. Antes, en 1853, se inauguraban el de Finisterre y el de las islas Cíes. Este último, por la falta de suministro eléctrico utilizó un destellador de acetileno desde 1939 hasta muy avanzado el siglo XX.

Poco después, en 1866, llega en Silleiro la tercera entrega de faros de Galicia. Se levantó en la parroquia de Baredo, en la costa de Baiona, con una lámpara de mecha que utilizaba aceite vegetal como combustible hasta que, ya en el año 1909, se incorpora el petróleo.

El edificio actual data de 1924, El 8 de agosto de aquel año, se celebra la magna inauguración de un «edificio de construcción reciente, dotado de todas las comodidades, y faro de primer orden con linterna oblicoidal siendo la primera de este sistema instalada en España y de construcción nacional», explica en su crónica El Pueblo Gallego. «Tiene un basamento con flotador de mercurio y el aparato se compone de seis lentes catadriópticas», que producen «destellos relámpagos» cada quince segundos. El cronista afirma que su quemador de petróleo genera una intensidad «de treinta mil bujías», con un alcance de 33 millas.

Pocos meses después, en diciembre de 1924, se registraba un incendio. Mientras los torreros Antonio Bruno e Ildenfonso Ruiz encendían el faro, «un quinqué desprendido de un clavo» hizo explosión y las llamas alcanzaron los depósitos de aire comprimido y petróleo. Los torreros, ayudados por las hijas del primero (toda la familia vivía en el faro), «con sin igual arrojo consiguieron apagar el fuego», aunque todos resultaron con diversas quemaduras.

Durante un tiempo, tuvo que funcionar el faro auxiliar, mientras El Pueblo Gallego pedía la instalación de un teléfono «que tan grandes beneficios daría a esas familias alejadas de esta villa».

El faro fue electrificado en 1960, cuando le fue instalada una lámpara de 3.000 watios, con alcance hasta cuarenta millas con tiempo despejado. Antes, se le había dotado de una sirena para los días de niebla y de un transmisor de radio con alcance hasta las doscientas millas náuticas.

Ahora, la Autoridad Portuaria de Vigo está reformando el faro de Silleiro para acoger turistas. La cúpula de nueve toneladas de peso fue retirada, restaurada y recolocada a finales del año 2019. Y, desde las alturas del confín de la ría de Vigo, sus huéspedes podrán recordar a Verne, que visitó esta ría en dos ocasiones, y sentirse como en el faro del fin del mundo.