Pablo Martínez, del GES Val Miñor, regresa tras una nueva acción humanitaria en Etiopía
09 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El entusiasmo con el que Pablo Martínez, bombero del GES de O Val Miñor, hace y deshace maletas para sus viajes de ayuda humanitaria contrastan con el escenario al que se ha de enfrentar, pero evidencia su vocación solidaria. «Ha sido una experiencia superenriquecedora, no se me ocurre una manera de viajar mejor o más apetecible porque ayudas a personas que están en una situación muy difícil y el ambiente del grupo que viaja es muy solidario», defiende.
Acaba de regresar de Etiopía tras viajar con la Asociación Participa para la Inclusión Social. Se desplazaron llenos de arneses y material de rescate, pero para dejarlo allí tras enseñarles a utilizarlo a los bomberos del distrito de Bole, en la capital etíope de Adís Abeba.
Dedicaron gran parte de sus esfuerzos al orfanato de Kibebe Tsehay, donde entregaron toda la leche recaudada en Galicia y la que pudieron comprar en el país africano. «En el orfanato estuvimos también colaborando para que un electricista pudiera dar servicio y mejorarlo ya que los incendios y accidentes eléctricos son causas de auténticas tragedias humanas en el país. «Nosotros estábamos allí, pero detrás había muchísima gente, toda la que colaboró donando leche en polvo y otros materiales», destaca Martínez, animando a que cunda el ejemplo y pensando ya en otro viaje. «Lo que más me gustó fue poder conectar con personas que viven tan lejos y en unas condiciones tan diferentes, con unos problemas tan distintos a los nuestros, pero sabiéndonos todos iguales», señala. Llevaron también trajes para bomberos a los que instruyeron y algún juguete para orfanatos.