Con faldas y a lo loco

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

25 jul 2019 . Actualizado a las 20:01 h.

Dentro del drama que supone la censura, Con faldas y a lo loco es uno de los títulos más logrados de cuantos se inventaron los guardianes de la moral durante la dictadura franquista. Su título original era Some like it hot, que literalmente significa A algunos les gusta caliente, lo cual escandalizó en 1959 a los jerarcas de la época. Pero era una traducción inexacta, ya que la palabra hot se refería al estilo de jazz que tocaban las chicas de la orquesta de Marilyn Monroe. En Estados Unidos, pasó la censura del estricto Código Hays, que se venía aplicando desde 1934, pero no sobrevivió a la tijera española. Para que quede claro: el cine se censuraba dos veces, en América y en España. Así que esta obra maestra de Billy Wilder será aquí para siempre Con faldas y a lo loco, que no es mal título, siempre que obviemos el crimen que significa ir a un artista a cambiarle el nombre de su obra.

Esta semana volví a verla y a partirme de la risa con Jack Lemmon y Tony Curtis, junto a una Marilyn que quizá esté en el mejor papel de su vida. Y este buen rato debo agradecérselo a un taxista con faldas que me llevó el otro día a la oficina. Y con el que comenzamos hablando de la polémica por esta vestimenta, ya que una asociación de taxistas ha denunciado a los cuatro que visten esta prenda, como alternativa a la prohibición municipal de que los chóferes lleven pantalones cortos. Al final, a la polémica le dimos la importancia que tiene: ninguna. Los taxistas de Vigo pueden ir con falda como William Wallace. No pasa nada. Ciertos guardianes de una presunta moral sobran en todas las épocas.