La Aplu ordena la demolición de la discoteca Olimpo de Samil

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

CARLOS IGLESIAS

La sociedad propietaria se expone a una multa de hasta 300.000 euros

08 jul 2019 . Actualizado a las 14:30 h.

La discoteca Olimpo abrió en la década de los 80, se puso de moda y pronto se quedó pequeña. El error de los responsables del negocio fue realizar obras ilegales para ampliar un negocio que causaba enormes molestias a los vecinos del entorno. Más de 30 años después, la Axencia de Protección de la Legalidade Urbanística de Galicia no ha apartado su mirada de las construcciones levantadas en un espacio protegido sin licencia. El organismo que ostenta la facultad sancionadora en este ámbito acaba de abrir un expediente sancionador a los responsables de este negocio que ya lleva cinco años cerrado.

El Concello decretó su clausuara en 2014 cuando proliferaron las denuncias vecinales y los técnicos municipales comprobaron las irregularidades.

La Aplu ha requerido a la sociedad Puente Samil S.L. para que corrija la situación es decir, que demuela lo ilegalmente construido. Si lo hace, podrían acogerse a una reducción del 50 % de la sanción de hasta 300.000 euros a la que se exponen por una falta grave.

La empresa contaba con una autorización inicial para un edificio de 465 metros cuadrados. Realizaron ampliaciones sin permiso hasta alcanzar una superficie total construida de casi 1.200 metros cuadrados. Según un informe de la arquitecta municipal poco antes del cierre, «nin as edificacións existentes nin as actividades que se están a desenvolver na parcela se axustan á licenza municipal concedida no ano 1983».

Un inspector municipal visitó las instalaciones y constató la existencia de dos locales, uno para el asador y otro para la discoteca. Tampoco contaban con permiso los carteles publicitarios de grandes dimensiones que estaban colocados en la fachada.

Los técnicos municipales se cercioraron de que el negocio se amplió con diversas construcciones de planta baja de 983 metros cuadrados. También se levantaron dos edificaciones de 110 y 50 metros pegados a los linderos de la parcela. La empresa invirtió casi un millón de euros, según las estimaciones del Concello, en montar un negocio sin ninguna cobertura legal y que ahora está abocado a la piqueta.

Este expediente tiene su origen en la denuncia que un residente de la zona formuló en 2014. La Gerencia de Urbanismo ordenó entonces la clausura de las instalaciones y dio cuenta a la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística de los mismos hechos después de recibir otra denuncia de representantes de la asociaciación vecinal Emilio Crespo de Navia.

Espacio protegido

Las obras son ilegales porque se encuentran dentro de la zona de servidumbre de proteccion de dominio público marítimo terrestre. Las instalaciones carecen de licencia urbanística, según consta en la resolución del 22 de mayo de 2014 de la vicepresidencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo, por la que se ordena a los responsables de la sala de fiestas y del asador el cese de actividad. Las actuaciones denunciadas tampoco están amparadas en la preceptiva autorización de Costas que resulta obligatoria.

La discoteca Olimpo fue uno de los establecimientos de moda en la ciudad en los años 80 y 90. Como discoteca al aire libre tuvo mucho tirón, pero finalmente los responsables del negocio tuvieron que cerrarlo porque el ruido molestaba a los vecinos. Los controles de alcoholemia en la avenida de Samil multiplicaron las multas y denuncias administrativas, algo que también acabó por desanimar a muchos clientes.

Un local de ocio que perturbó el descanso de los vecinos hasta que lograron cerrarla

La antigua discoteca Olimpo está ubicada junto a la desembocadura del Lagares y frente a las pistas deportivas municipales. Los afectados de las viviendas del entorno llegaron a constituir una plataforma vecinal con el único objetivo de denunciar ante la administración local los problemas de convivencia que generaba el funcionamiento de este negocio. Durante este tiempo pasaron cientos de noches sin dormir por culpa de la música a todo volumen y, especialmente, por el jaleo que se organizaba en el exterior del recinto.

Peleas, gritos, excrementos en la vía pública o rotura de cristales son algunas de las incomodidades que tuvieron que aguantar.

Los residentes siempre intentaron solucionar el problema de buenas maneras con los diferentes responsables que ha tenido el negocio, pero todas las veces que se dirigieron a ellos fue inútil.

El Concello les dio la razón y clausuró el local en 2014, pero no por las molestias de su actividad, sino por las irregularidades urbanísticas detectadas en la edificación. Cuando los afectados se enteraron que el local no contaba con todas las autorizaciones en vigor, no dudaron en denunciarlo ante la gerencia de Urbanismo.

Está en suelo rústico y el único permiso que posee es una licencia provisional que no ha amparado las sucesivas ampliaciones que se fueron realizando con el paso de los años, hasta el punto de que hoy en día ya no hay más espacio para seguir construyendo. Dentro de la misma parcela se encuentra también el asador La carpa, que también fue clausurado al carecer de licencia.