El Celta, de nuevo a las puertas

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Baloncesto El conjunto vigués, tras un gran año, cae por segunda vez en la final por el ascenso

29 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta no se merecía semejante epílogo, pero todo jugó en su contra en el desenlace de la temporada. En la final por el ascenso pagó todo el cansancio acumulado por la falta de rotaciones y se estrelló contra un equipo de gigantes rebosante de talento como el Campus Promete riojano y por segunda vez consecutiva se quedó a las puertas de la Liga Femenina.

El deporte no entiende de méritos y se queda con el momento. El Celta fue un reloj de precisión durante la temporada regular hasta el punto de batir su récord de victorias, superando todos los imponderables que iban apareciendo por el camino, casi todos ellos en forma de lesiones. Primero se quedaron sin dos rotaciones de nivel con las roturas Tamara Montero y Ainhoa Lacorzana y al cierre del plazo de fichajes se quedó sin Motley, una de las americanas, por una lesión de rodilla que le llevó a marcharse a casa sin billete de regreso (aunque el Celta le esperaba).

Con esa decoración afrontó la fase de ascenso en Tenerife, y mientras el físico le acompañó fue un rodillo superando al Barça en la prórroga y a las anfitrionas del Clarinos en un partido colosal en defensa. Incluso en el tercer encuentro lo tuvo todo a favor con 19 puntos de renta para buscar el mejor cruce posible en la final, pero mediado el tercer cuarto del penúltimo partido se quedó sin gasolina. El Leganés remontó y condenó a las viguesas a jugarse el ascenso con el coco riojana. Y esa pared fue un imposible.

Porque el Campus Promete dejó claro desde el principio su nivel. Un equipo físico, con kilos y centímetros, y con calidad, tanto para jugar por dentro como en el perímetro. El rebote ofensivo fue su primer elemento de castigo sobre el Celta, y por ahí cogió las primeras diferencias en el marcador (5-11 después de un parcial de 0-6). Las riojanas también se beneficiaron de los errores vigueses en el tiro y pudieron correr el contragolpe. Con nueve puntos arriba la irrupción de Elo en la pintura, con cuatro puntos consecutivos fue un soplo de aire para las celeste (15-20 al fin al del primer cuarto).

El segundo cuarto comenzó con un punto de luz (19-23 tras un contraataque decidido con una bandeja de Itziar Germán) y finalizó confirmando la tendencia. El equipo de Logroño se mostró de lo más acertado en el tiro y comenzó a estirar las diferencias que terminaron por ser de once puntos en el descanso (28-39).

Y con la vuelta de vestuarios llegó la sentencia. El Campus se convirtió en un martillo pilón en la anotación. Por fuera y en la pintura, y el Celta, cada vez más cansando, lejos de acercarse fue cediendo terreno hasta superar la barrera de los 20 puntos: 34-55. A diferencia de la víspera cuando el Celta cedió una ventaja de 19 puntos al Leganés, en esta ocasión no hubo milagro. Las riojanas coleccionaron canastas de todos los colores y se fueron al último cuarto con el ascenso en el bolsillo: 45-65. No hubo más historia. El Celta no pudo ni maquillar el resultado y acabó perdiendo por un margen de 31 puntos.

Demasiado castigo para una gran temporada sin final feliz. Por eso las lágrimas se apoderaron del bando celeste por segunda vez consecutiva en una final por el ascenso. El próximo curso toca sonreír. A la tercera debe ser la vencida.

?Anne Senosiain (7), Lucia Fontela, Itziar Germán (10), Hildur (4), Raquel Carrera (8); Celia García (15), Elo (2), Paula Fernández-Ahuja, Freire y Mar Conde.

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Ivanovic (17), Vucurovic (16), Benet (8), Ylenia Manzanares (4), Gidden (13); Ayela, Miloglav (2), Zabala, Julien (15) y Swart (10).

Marcador por cuartos: 15-20, 13-19, 17-26 y 9-20.

Árbitros: Pol Franquesa y Sandra Sánchez. Sin eliminadas.

Incidencias: Partido por el ascenso a Liga Femenina 1 celebrado en el pabellón tinerfeño de La Laguna.