«Todos queremos morir en paz»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Trabajan en favor de la despenalización de la eutanasia y del sucidio asistido

16 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Laura Fernández es activista en favor de la muerte digna desde el 2006 porque le impactó el caso de Ramón Sampedro y a Lucía Calvo siempre le parecieron una injusticia los suicidos violentos a los que llegan personas desesperadas. Ambas forman parte de la asociación Derecho a Morir Dignamente. El colectivo tiene cerca de un centenar de socios en el municipio y 250 en Galicia. Lucía es la secretaria y Laura, la vicepresidenta.

«Una muerte digna es una muerte tranquila, sin sufrimientos y acompañada de los familiares o de la gente que queremos», afirma Laura. Pero el final de la vida de una persona no siempre es así, sin los adecuados cuidados paliativos que atenúen el dolor que conlleva una enfermedad que no tiene cura. «No se sabe cómo se muere la gente, porque se recogen datos de la edad, el lugar de nacimiento o las causas. Falta un observatorio que estudie si se muere bien, mal o regular», afirma Lucía. Muchas veces es la propia formación del médico la que influye. «Tenemos la idea de que se muere dependiendo del médico que te toque», añade. La dispersión geográfica existente en Galicia hace que los cuidados paliativos no lleguen a todo el mundo.

El objetivo que persigue la asociación a la que pertenecen es que la gente pueda adelantar su muerte para evitar el sufrimiento y que pueda hacerlo sin que quien le ayude sea castigado por ello. Creen que los cuidados paliativos no son suficientes para quienes piden una muerte digna. «No queremos que nadie se sienta obligado por ello. Una pesona no tiene que pedirla si no quiere. Si lo hago es por que mis convicciones me llevan a ello para no estar sufriendo inútilmente cuando ya no hay posibilidades de curación», añade Laura.

Ambas creen que hay una notoria falta de información por parte de las instituciones. «Somos nosotros los que estamos informando a la gente de que tiene derecho a rechazar tratamientos y a hacer el testamento vital, que es importantísimo, ya que si se aprobara la Ley de Eutanasia, el testamento vital para no prolongar el sufrimiento inútilmente seguiría teniendo vigente».

Laura y Lucía creen que algún día llegará a aprobarse la Ley de Eutanasia, pero no son optimistas en que se pueda contar con esta legislación a corto plazo.

Gracias a una iniciativa de Ciudadanos, el Congreso aprobó el pasado mes de diciembre una ley de muerte digna para que todos los ciudadanos puedan recibir cuidados paliativos de calidad. Les parece positivo porque ha creado un debate en la sociedad, pero la asociación Derecho a una Muerte Digna va más allá.

«Nos parece bien que la gente tenga acceso a este tipo de cuidados, pero va a haber un porcentaje de la población que no quiere estar en una cama agonizando tiempo y tiempo», asegura Laura. Además con los adelantos actuales de la medicina y la tecnología, la vida de una persona se puede prolongar con recursos extraordinarios demasiado tiempo. «Hay gente que no queremos estar así. Por eso queremos que se apruebe una ley de eutanasia», asegura.

Creen que también debería despenalizarse el suicidio asistido. «A largo plazo lo que pedimos es decidir sobre la propia vida sin necesidad de estar en una situación terminal. Sabemos que estamos muy lejos», expone Lucía.

La medicina ofrece en la actualidad medios para hacerlo posible. «Hay gente que intenta suicidarse y no lo consigue y luego es un problema mayor el que tiene para ellos y sus familias. Hay mucha gente que sufre al padecer enfermedades psiquiátricas y no quiere seguir pasando por eso». Si no hubiera intervención del ser humano nos moriríamos mucho antes. La intervención del ser humano debe ser para lo que queramos. Para vivir en libertad, pero también para morir en libertad si es lo que deseamos», añaden ambas representantes.

Hace unos días visitaron a Abel Caballero, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias. Abordaron cuestiones relativas a las leyes de muerte digna aprobadas en diez comunidades autónomas que no se suelen aplicar en la práctica. Ni siquiera en los centros de salud se difunden normas relativas derechos de pacientes terminales.

Muerte digna. Creen que ley de cuidados paliativos no se está cumpliendo por la dispersión geográfica de Galicia.

Testamentos vitales. El deseo de prolongar la vida y el sufrimiento ante una enfermedad terminal podrá tenerse en cuenta cuando se despenalice la eutanasia.