«Buscaba el gol olímpico y entró»

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

OSCAR VíFER

Claudio Giráldez puso las bases del triunfo del Porriño ante el Vilalbés después de diez derrotas seguidas

22 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El que probablemente sea el gol de la jornada en Tercera lleva la firma de uno de los capitanes y emblemático futbolista del Porriño Industrial, Claudio Giráldez (Porriño, 1988). Fue un lanzamiento de falta convertido en gol olímpico que multiplica su valor por dos circunstancias: contribuyó a poner fin a la racha de su equipo de diez derrotas consecutivas y llegó en el partido de su reaparición tras haber estado un mes fuera por lesión. El centrocampista confía en que sea el impulso que necesitaba el equipo dirigido por Manu Losada.

Admite que el tanto significó hacer realidad justo lo que pretendía. «Generalmente soy el encargado de sacar el balón parado por los dos lados y en este partido variamos para que fueran siempre cerrados. El objetivo era acumular mucha gente cerca de la portería y tirar directamente», revela. Fue lo que intentó y resultó a la primera. «Fue la primera que tuvimos. Buscaba el gol olímpico, le pegué a portería y entró», recuerda. No marcaba uno así desde que estaba en categorías inferiores.

Cuando vio que el balón se había colado en la portería, lo celebró con rabia. «Llevaba un mes lesionado, sin poder ayudar al equipo en un momento complicado y tenía muchas ganas de volver al campo», relata. Por si fuera poco, habían empezado perdiendo y su tanto fue el del empate, la primera piedra para la victoria posterior. «Comenzamos el partido con un gol fruto de la mala suerte, después de un despeje que da en el rival y entra», explica.

El gol es especial sobre todo porque sirvió para puntuar en un momento ya casi crítico para el equipo, que sigue colista y lejos todavía de la zona segura. «En todos los encuentros estábamos cerca de sacar algo y se nos acababa escapando. Cuando pierdes tantos partidos es obvio que algo mal estás haciendo, pero no lo hacíamos todo mal», subraya.

«No vamos a rendirnos»

Giráldez es consciente de que la distancia con la salvación sigue siendo grande. «Más que la diferencia real en puntos, lo importante de esta victoria es cambiar la dinámica y quitarnos la losa de que parecía imposible ganar. Conseguirlo justo al inicio de la segunda vuelta tiene que ser un punto de inflexión para ir a por más».

Formado en la cantera del Porriño como 16 de los 22 jugadores de la plantilla, asegura que todos están convencidos de que mantienen opciones de salvación. «Seguimos creyendo que somos capaces. Mucha gente ya nos da por muertos, pero ganando tres o cuatro partidos seguidos estaríamos luchando con los demás», dice. La ilusión y las ganas, que no les faltan, son a su juicio las principales armas a las que tienen que seguir recurriendo. «Nos ha costado mucho volver a Tercera como para rendirnos tan pronto», recalca.

La próxima jornada, ante el Ribadumia, tienen una nueva final ante un rival directo, convencidos de que este triunfo les dará el impulso que necesitaban para continuar luchando.

Futbolista y director deportivo en el Porriño y entrenador en la base del Celta

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en Periodismo, Claudio Giráldez es, aparte de futbolista del Porriño, director deportivo y coordinador de la base del club, además del técnico del conjunto juvenil de Liga Nacional del Celta. Hace un par de temporadas, a mayores, hacía labores de scouting para el Celta B de Alejandro Menéndez.

«Es cierto que dedico muchas horas el fútbol, pero como suele decirse, sarna con gusto no pica», argumenta. Porque aunque reconoce que cada verano se plantea dejar el fútbol en activo, hasta ahora la decisión siempre ha sido continuar. «De momento creo que estoy en condiciones de seguir, que puedo aportar cosas. Y poco a poco me voy introduciendo en la gestión deportiva, que me motiva y es a lo que me quiero dedicar en el futuro», apunta.

Las lesiones han sido otro hándicap que en ocasiones ha hecho que estuviera más próximo a la retirada. «Por suerte estoy en un grupo en el que me siento muy cómodo, el entrenador confía en mí y quiere que siga. He tenido problemas en el Aquiles y etapas en las que no tuve la continuidad de poder jugar un mes seguido». Ahora, superada una pequeña rotura en el isquio, se siente bien.