Las obras de la Alameda causan grietas en edificios y dejan menos clientes

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Vecinos y responsables de negocios crean una comisión de afectados para denunciar cómo se llevan a cabo los trabajos y los perjuicios

10 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las obras de cambio del pavimento en el entorno de la Alameda comenzaron el 10 de enero y tienen un plazo de ejecución de seis meses. Hasta ahí todo parecería normal si no fuera por los problemas que están causando a vecinos y negocios, sobre todo a estos últimos. A medida que transcurren los días el descontento va en aumento por la forma en que se están haciendo las cosas, lo que ha dado lugar a la creación de una comisión de afectados. Los responsables de los locales de hostelería denuncian que las obras les han dejado totalmente incomunicados lo que se traduce en que estan a punto de hundir algunos de sus negocios. Por si esto fuera poco, achacan la aparición de grietas en sus locales y en algunos pisos a los trabajos de la calle, que tienen como objetivo cambiar el pavimento empedrado por otro de asfalto. «Di parte al Concello a través del registro y denuncié al juzgado tras llamar a un perito para levantar acta de las grietas en el almacén», comenta Carlo de Cesero, de la popular heladería Capri, tras advertir que no es el único negocio con este problema y que también hay pisos afectados. De hecho, el Colmado Alameda que se encuentra casi enfrente, ha denunciado la aparición de un boquete en el falso techo del almacén coincidiendo con las obras.

Sobre la lentitud de la actuación, los propios trabajadores han comentado que no tienen nada qué hacer porque en la actualidad solo faltan los perfiles de acero que van al lado de los desagües y decidir el color del asfaltado y la posición de la piedra en los pasos de peatones, según explica De Cesero. En principio, el paso de cebra iba situado en la puerta del Capri, lo que pillaba de lleno al negocio, por lo que posteriormente se optó por trasladarlo a una curva. Ahora la cuestión es cómo colocar la piedra en ese espacio, dice.

Algunos empresarios han llegado a optar por cerrar determinados días sus negocios ante la perdida de clientela. Aunque el perjuicio se extiende a todo el entorno de la Alameda, los más afectados son los de la calle García Olloqui, donde se encuentran locales tan conocidos como el restaurante Belalola, Baracina o la heladería Capri. Sin embargo, no son los únicos que han visto complicados sus accesos. Dos hoteles de la zona, Compostela y Águila coinciden en señalar las pérdidas que les están ocasionando las obras. «Nos están perjudicando mucho, los clientes que vienen con reserva no saben cómo llegar al estar todo cerrado, se pierden dando vueltas y al final tenemos que ir a buscarlos. Si pusieran más personal no harían falta ni los seis meses de ejecución, con la gente que hay es normal que se prolongue. Febrero ha sido el peor mes, incluso que en los años de la crisis», comenta un portavoz en el Compostela. En el mismo sentido se expresan en el Hotel Águila. Destacan la mala racha de febrero y marzo y la escasez de trabajadores en la calle. Este último detalle es lo que más llama la atención de los vecinos, al tener ocasión de comprobarlo día a día. Aseguran que no tiene nada que ver con la lluvia, «porque el hormigón lo colocaron lloviendo», y que sin embargo ha habido días con buen tiempo sin casi actividad. Tanto vecinos como empresarios coinciden en lamentar que nadie se haya dirigido a ellos para interesarse por la situación y conocer su opinión de primera mano.

El cambio de pavimento es ejecutado por el Concello tras una sentencia judicial que le obligaba. Los vecinos habían denunciado el ruido que producían los vehículos al circular por el adoquinado colocado en el 2005 coincidiendo con la Volvo Ocean Race. La idea era restringir el tráfico de vehículos, algo que no se llegó a producir.