En el centenario de las apariciones de Fátima, canonizados los tres pastorcillos y descubierto el tercer secreto, nada impide desvelar el mayor misterio de la historia reciente de Galicia: la fusión de las cajas. Porque sigue sin ser resuelta la comisión parlamentaria y seguimos sin conocer importantes documentos sobre aquel proceso, derivado en fiasco.
Es idóneo el momento para dar luz al asunto. El Vaticano esperó prudentemente a la caída de la URSS para anunciar que el tercer misterio de Fátima era la caída de la URSS. Así que ahora, cuando ya no quedan cajas e incluso están en prisión algunos protagonistas del entuerto, sería la ocasión ideal para decirnos con todo detalle qué pasó en aquel convulso año 2010.
Hasta ahora, la cosa ha tenido más misterio que muchas novelas de Dan Brown. No olvidemos la milagrosa aparición, en el 2013, de partes seleccionadas de la auditoría de KPMG entre el papel para reciclar de la Xunta. Papeles que fueron rescatados por algunos medios.
La realidad es que falta mucho, demasiado, por saber. Y más cuando la propia auditora KPMG acaba de ser multada con 2,4 millones por mala praxis en otra auditoría: la que hizo con la malograda CAM. Por contra, con Novacaixagalicia poco se conoce, porque nadie tiene la documentación completa de aquel encargo de la Xunta.
Mucho es de temer que este misterio solo se desvele dentro de 80 años, como el de Fátima. Cuando se desclasifiquen los documentos, podrán hacer sus tesis doctorales nuestros nietos. Esto, en caso de que la verdadera historia no esté ya en las trituradoras.