Copacabana

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El escándalo de la patronal gallega se escribe con letra pequeña. Si se le diese cuerpo, se explicase con nitidez y entrase en el debate público, las andanzas de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) tendrían alarmado a todo el país. Sigue pendiente de juicio el fraude de 1.000 millones de pesetas (6,3 millones de euros) cometido por la CEG en el año 2000, cuando fueron desviados fondos públicos, destinados originariamente a cursos de formación, para gastos propios de la patronal gallega. Fallecido el presidente de entonces, Antonio Ramilo, el caso sigue en fase de instrucción, 15 años después del desfalco. Suena raro tanto retraso, cuando a cualquier honrado empresario del común se le juzga con celeridad en cuanto se equivoca en una coma en un impuesto. Con la patronal no pasa.

Ahora, vuelve el lío a la CEG, asfixiada por una deuda de más de un millón de euros, gastados en no se sabe qué. Para aliviarse, despedirán a un tercio de su empleados. Y, al tiempo, nos enteramos de que la patronal gallega cobró irregularmente de la Xunta 648.985,78 euros, en subvenciones a las que no tenía derecho. Ahora que el Igape les reclama que devuelvan el dinero público mal ingresado, intentan que les condonen la deuda. Entre esas partidas raras, hay una muy curiosa: 80.000 euros para un viaje de 24 personas al Brasil. La cosa salió a 3.333 euros por persona, que dan para unos días de auténtico lujo. Se desconoce la lista de pasajeros, sus actividades y los beneficios económicos que reportó a Galicia. Pero, ya que les pagamos con dinero de todos, que al menos compartan alguna foto de Copacabana...