La caída en picado de un coloso

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Las vicisitudes, sobre todo económicas, llevan años lastrando al Octavio

23 dic 2015 . Actualizado a las 15:45 h.

Colista, con la salvación a tres puntos y con un panorama poco alentador. Así es como se dibuja el presente del Academia Octavio en vísperas de celebrar el medio siglo de vida. Dificultades económicas, una permanente huida hacia delante o la paulatina pérdida de potencial deportivo se esconden tras la realidad de un club que en su momento llevó los colores de Vigo por las canchas de Europa, y que hoy por hoy ve difícil incluso la salvación en Plata.

La economía

Cuentas difíciles de cuadrar

Los últimos años han sido una pesadilla económica para el Academia Octavio. En los momentos de bonanza y oropel el club estiró la manta más de lo que daba y las cuentas comenzaron a resentirse. En vez de poner coto a la situación con políticas austeras y mirando hacia la cantera, la directiva que encabeza Javier Rodríguez inició una huida hacia delante que acabó costando al Octavio incluso denuncias por impagos. La economía académica está hecha unos zorros y el año pasado, con el club en la UCI, gente como Cerillo y Jabato apostaron por tomar las riendas en lo que casi se antojaba una refundación del club. Su primer reto era sanear las arcas, y para ello entendían como prioritario reducir el presupuesto de la primera plantilla, buscar nuevos patrocinadores y mirar más hacia la base. Sin embargo, enmendar el pasado es un reto muy a largo plazo y el futuro es incierto.

Deportivo

La pérdida de potencial

Nombres propios del balonmano nacional e internacional defendieron en su día la camiseta del Academia Octavio en Asobal, en la Copa del Rey o en la Copa EHF. Sin embargo, la alegría en las contrataciones, que acabó desembocando en los problemas económicos que a día de hoy azotan al club, es una losa que ha obligado a echar mano de jugadores muy jóvenes y de poco dinero para intentar sacar adelante el proyecto actual. La pérdida de potencial deportivo ha sido paulatina hasta el punto de que nada tiene que ver la plantilla que hoy tiene Jabato con la de los tiempos gloriosos, y ni tan siquiera con la que por ejemplo tuvo Quique Domínguez en el curso 2013/14 tras descender de la liga Asobal. La juventud, la falta de experiencia, las lesiones y los reveses con las que ha tenido que lidiar Jabato han llevado al equipo a la última plaza de la Liga en la segunda categoría del balonmano español.

El rol

Pérdida de relevancia

Durante años el Academia Octavio llevó el escudo de Vigo por las canchas de Asobal y de Europa. Moverse en la élite a pesar de sus habituales visitas a Plata, contar con jugadores destacados y ser competitivo hizo de As Travesas una parada obligada para la afición cada quince días, congregando a más de dos mil almas para ver a su equipo jugar contra los grandes. Hoy, sin embargo, el Octavio carece de una masa social sólida y amplia que le mime e incluso las bancadas del pabellón de Navia se hacen demasiado grandes para la escasa afición que se mantiene impertérrita ante los vaivenes que afectan al equipo.

El futuro

Mucho trabajo por delante

Falta una jornada para que la categoría de Plata cierre la primera vuelta de la Liga, y la zona de permanencia se encuentra a tres puntos de distancia del Octavio. El reto de la permanencia se presenta mayúsculo para una plantilla joven y golpeada anímicamente por los resultados, pero el Nava y el Amenabar tampoco están para echar cohetes y con toda la segunda vuelta por delante, nada está escrito.