Del campus al paisaje de los dinosaurios

VIGO

Un grupo de investigación perteneciente a la Universidad de Vigo participa en Burgos en el hallazgo de fósiles de plantas de hace 130 millones de años

14 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los helechos son fósiles vivientes. Convivieron con los dinosaurios, hace más de doscientos millones de años. Pero ya estaban sobre la Tierra mucho antes que ellos. Los científicos creen que formaban parte de su dieta. Lo que supone un pequeño misterio porque, en la actualidad, la inmensa mayoría de los helechos son tóxicos. Otras plantas, como las grandes coníferas o el gingko biloba, se sumaban al menú del Mesozoico.

El cine ha sido generoso con los animales y rácano con las plantas. Con Spielberg, el T-Rex es siempre protagonista, pero los helechos, poco expresivos, no pasan figuración o decorado. Sin embargo, el estudio de aquellos vegetales es una disciplina apasionante, como lo demuestran estudios como los que impulsa el investigador José Bievenido Díez, paleobiólogo de la Universidad de Vigo.

La revista científica Cretaceous Research publica este mes un artículo sobre helechos semiacuáticos del Cretácico inicial, con una antigüedad de 130 millones de años. La Universidad de Vigo participó en la investigación, realizada en Horcajuelos, en Burgos, con estudiantes vigueses en las excavaciones. Y se descubrieron 35 fósiles de helechos, de la familia Marsilácea, que son los más antiguos hallados jamás en Eurasia.

Estas plantas formaban parte del paisaje de comienzos del Cretácico, hace 130 millones de años. Y, en yacimientos próximos al investigado por la Universidad de Vigo, se ha encontrado fósiles de dinosaurios, algunos herbívoros como dos de nombres casi impronunciables: iguanodontoideos e hipsilofodóntidos.

Lagos de agua dulce

Como particularidad, el artículo científico señala que estos helechos vivían en lagos de agua dulce. Y lo hacían en un momento clave, a la espera de que llegasen las plantas angiospermas, las que tienen flores y semillas, como la gran mayoría de las de gran porte en la actualidad.

Junto al equipo dirigido por José Bienvenido Díez, de la Universidad de Vigo, participaron en el estudio el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, el Museo Paleontológico de Trelew (Argentina) y las universidades de Zaragoza, y Nacional de México.

No se trata del primer estudio importante del grupo de Díez, docente en la Facultad de Ciencias del Mar. Bien al contrario, el paleontólogo ha estado en buena parte de los últimos hallazgos en España relacionados con la vegetación del Cretácico. En 2011, en la localidad turolense de Estercuel, descubrieron fósiles de plantas fósiles que tuvieron gran eco internacional. «Nuestros registros son mucho mejores y más completos y preservados que los del yacimiento de Potomac, en Estados Unidos que hasta ahora era la gran referencia mundial», comentaba José Bienvenido Díez durante aquella campaña.

En la investigación de Teruel, identificaron sesenta especies distintas, pero hallaron otras muchas que no pudieron definir. Y misterios como el de la Aquatifolia Fluitans, un vegetal acuático emparentado con los nenúfares actuales y que, hasta ahora, sólo había sido hallada en un único yacimiento, situado en Kansas (EE.UU.).

El grupo de José Bienvenido Díez acumula en los últimos años la publicación de más de treinta artículos de investigación en revistas científicas de alto impacto. Además, de esta labor han salido varias tesis doctorales y alumnos que participan todos los años en excavaciones en la Península Ibérica.