Eiras está a rebosar y hace olvidar el plan de trasvase desde el río Verdugo

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Con el embalse lleno existe garantía de suministro ante la relativa proximidad del otoño.
Con el embalse lleno existe garantía de suministro ante la relativa proximidad del otoño. javier castro< / span>

Con el verano en su recta final se acerca al 98 % y Zamáns supera el 83 %

18 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace tan solo tres años, la Xunta estuvo a punto de poner en marcha un trasvase de urgencia desde el río Verdugo al Oitavén para un suministro de agua suplementario al pantano de Eiras, del que se abastecen Vigo y numerosos municipios de la comarca. Al final, unas lluvias copiosas y providenciales lo paralizaron y desde entonces no se ha vuelto a producir una situación de preemergencia como aquella.

De hecho, la presa, ubicada en Fornelos de Montes, está pasando un verano excepcional: el pasado día 11, lunes, se encontraba prácticamente llena, al 97,7 % de su capacidad (en total puede acoger 22,1 hm3), pero tres semanas antes el porcentaje superó el 99 %.

Aunque tiene mucha menos relevancia para el abastecimiento de Vigo, en Zamáns la situación es también buena y lo mismo ocurre en el pequeño embalse de Baíña, en Baiona. La primera, con una capacidad que no supera el 10 % de Eiras, está ahora mismo al 84 %, y la de Baiona almacena cinco puntos porcentuales más. Por tanto, una situación de tranquilidad de cara a garantizar al abastecimiento habida cuenta de que dentro de un mes llegará el otoño.

En los dos años anteriores, los que siguieron a la crisis hídrica del 2011, la situación también fue buena aunque no llegó al nivel de este ejercicio. En 2013 Eiras almacenaba el 85,2 % el 12 de agosto, y Zamáns y Baiona el 78 % y el 79,2 %, respectivamente. Y en 2012, por el mismo orden: 94,3 %, 83,2 % y 80,7 %.

Lo que ocurrió en el 2011 fue que tras una primavera lluviosa el pantano afrontó el final de la primavera y el verano en una situación envidiable: Estaba al borde del 100 % en la primera decena de abril, en la misma fecha de mayo seguía al 97,2 % y al 91,3 % en junio. Con el 82,1 % de primeros de julio empieza la caída libre, que lo deja al 70,1 % en agosto y a solo el 58,5 % en septiembre.

Es estas fechas ya era casi obligado que lloviera, pero la sequía se mantuvo generando una sensación de preocupación durante los primeros días de octubre, con el embalse en el 46,4 %. El 24 de ese mes bajó al 42, 7 % y las alarmas se dispararon. Arreciaron las demandas del alcalde a la Xunta para que pusiera en marcha un trasvase de emergencia y desde el departamento de Medio Ambiente se empezó a planificar la operación. No era algo sencillo y precisaba una fuerte inversión y semanas de ejecución. Y el 40 % de agua embalsada no era una cifra real: hay una parte de líquido que nunca puede utilizarse por los lodos y el mal estado de los fondos.

Justo en ese momento se produjo el milagro. Solo tres días después, el 27 de octubre, ya estaba al 65,5 % y siguió progresivamente aumentando hasta el 80 %, entorno en el que se mantuvo todo el invierno. Y ya en la primavera, a mediados de abril, lluvias copias lo situaron directamente en el 100 %.

Este repunte se debió a dos factores: las lluvias, imprescindibles, y la amplia cuenca con que cuenta Eiras, que permite rentabilizar el agua caída con rapidez. Algo que no sucede en Zamáns, con una cuenca limitada y donde se precisan períodos largos de lluvia para que el embalse mejore sus porcentajes de ocupación.

En cualquier caso, tras el sofoco de hace tres años no han vuelto a plantearse demandas de trasvase y la excelente situación de este verano las entierra por el momento, aunque sin duda habrá de nuevo futuras crisis.