Ramallosa 2000, en Nigrán, es de las pocas discotecas de amplias dimensiones que ha sabido sortear el huracán de la crisis. Su propietario, José Luis Abal, señala el buen trato al cliente como clave del éxito. «No hemos regateado ni escatimado en calidad», asegura. Ramallosa 2000 sigue disfrutando de una clientela fija y constante, algo que otras matarían por tener. El local lleva abierto 42 años y todavía se las arregla para contentar gustos de todo tipo. En los últimos años han pasado por la pista de Ramallosa deejays como Brian Cross, Gabry Ponte o Dr. Bellido, el grupo de reggaetón las K-Narias y la orquesta Paris de Noia. Una selección ecléctica adecuada para su público, que abarca desde los 18 hasta los 30 años de edad. «Nos rompemos mucho la cabeza», comenta Abal haciendo referencia a sus fiestas temáticas, entre las que destaca la famosa fiesta de la espuma.
Pero las dificultades económicas afectan incluso al más perspicaz. Recientemente Ramallosa 2000, que siempre cobraba entrada, ha adoptado una nueva política que permite el pase gratuito a chicas hasta la 1.30 y la posibilidad de entrar con flyers. «La crisis es comunista, se reparte entre todos», cavila Abal que se muestra descontento con estas nuevas medidas aunque las entiende por la actual coyuntura.
Para DJ Charlie, locutor de radio y DJ habitual en Ramallosa 2000, los locales tan antiguos y tan grandes tienen que saber actualizarse para poder seguir siendo rentables. «No por mucha edad algo es intocable. De recuerdos no se vive», reflexiona.