La izquierda sumaría 18 ediles en el Concello de Vigo

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

El PP se quedaría en 9 concejales extrapolando los resultados del domingo, su peor resultado en décadas. El PSOE tendría 8; AGE y Podemos, 4 cada uno; y el BNG, 2

27 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En 1995 el PP logró su récord histórico en la ciudad con 15 concejales. Cuatro años después, defenestrado el exalcalde Manuel Pérez, el trompazo fue monumental y Juan Corral solo logró mantener 10 ediles. Desde entonces siguió creciendo hasta el listón de los 13 que nunca logra superar, uno menos de la mayoría absoluta. Realizando una extrapolación de los resultados del domingo el PP se quedaría en 9, una cifra que le alejaría de cualquier combinación de gobierno teniendo en cuenta que el resto pertenecen a la izquierda.

Es sabido que los resultados de unas elecciones no pueden extrapolarse por motivos obvios. Cada una tiene sus peculiaridades y de manera especial las municipales, que se celebrarán el 24 de mayo del 2015. Sentada esta premisa, lo primero que hacen todos los partidos nada más conocer los resultados de unos comicios es extrapolarlos. El motivo es evidente: son un resultado concreto, un test de gran valor, aunque no puedan trasladarse miméticamente.

En el caso de Vigo, de repetirse dentro de un año los resultados del 25-M alterarían el panorama político del Concello vigués, que se escoraría sensiblemente hacia la izquierda. El tradicional equilibrio entre los dos bloques, que salvo excepciones siempre se decantaba hacia la izquierda, lo haría esta vez mucho más. Así, nada menos que 18 de sus 27 concejales pertenecerían a este segmento político, alcanzando una preeminencia sin precedentes.

Bipartidismo roto

A poca distancia de los populares se sitúa el PSOE, con 8 concejales. En su caso el resultado es también un trago amargo. Caballero aspiraba a convertir a su partido en la primera fuerza política y no lo ha conseguido. Además, perdería 3 de sus actuales 11 ediles.

Los dos partidos mayoritarios han sufrido una sangría espectacular de votantes. El PP rozó los 46.000 votos en las europeas de hace cinco años y ahora no llega a los 28.000, dejándose por el camino al 40 % de sus seguidores. Una situación muy parecida a la del PSOE: 43.000 votos en las anteriores y 24.500 ahora, con una pérdida de 18.500, el 43 % de los que le apoyaron en las anteriores europeas.

Y no solo eso. Si hubiera una ligera modificación al alza de la tercera fuerza política, AGE (Alternativa Galega de Esquerdas, la coalición de Anova con Esquerda Unida), podría peligrar su octavo concejal. El PSOE se hace con el último de todos, el 27, en la extrapolación, pero con 600 votos más se lo embolsaría AGE.

Esta coalición consiguió el domingo en la ciudad 14.700 votos y el tercer puesto. Ello le daría derecho a cuatro, un lugar destacado si tenemos en cuenta que en las anteriores municipales Esquerda Unida se quedó a las puertas de entrar en la corporación, aunque por escaso margen. De aquellas Anova no existía, apareciendo unos meses después producto de la división del BNG. Nada que ver con la situación actual.

Crisis nacionalista

Por lo que se refiere a los nacionalistas, los comicios europeos han certificado su deteriorada salud electoral. Del tercer lugar salta directamente al quinto y sus 7.300 votos le daría solo derecho a 2 concejales, un escenario cercano a la irrelevancia. En votos ha perdido 2.200, pero lo peor para el Bloque es que se le han adelantado sus rivales directos de AGE, que le duplican, y la sorpresa, la agrupación de izquierdas Podemos, desconocida en la ciudad y heredera del 15-M..

Esta agrupación consiguió en Vigo 13.000 votos, con un honroso cuarto puesto muy pegadito a AGE. Lograría 4 actas y un papel relevante en el Concello. La duda ahora son las posibilidades reales que tiene Podemos de poner en marcha una estructura para impulsar su candidatura a las municipales del año que viene.

Sus caras visibles reconocen que ya están en eso y políticamente se sitúan en una posición próxima a AGE. Tanto, que formarán parte del mismo grupo en el Parlamento europeo, lo que abre la puerta a una colaboración a escala local. De producirse, peligraría el liderazgo de los socialistas en la izquierda viguesa. Un panorama que no tiene nada que ver con la situación actual: un PP sin opciones de gobernar y una izquierda potente pero atomizada en la que el PSOE sería simplemente uno más. El panorama que más temían Figueroa y Caballero, actuales socios en el Concello vigués.