Le roban 20.000 euros por Internet y no se da cuenta

E.V.PITa VIGO / LA VOZ

VIGO

Un banco electrónico alertó a un cliente vigués tras detectar extrañas retiradas de 3.000 euros y otras de 5.000 en 4 días

25 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un cliente vigués relató ayer por videoconferencia en un juicio que una mafia del Este le desvalijó 20.000 euros de su cuenta en Internet en Barclays sin que él se enterase de nada. Fue en marzo del 2010. El banco le llamó porque a los empleados les pareció sospechoso que el cliente hiciese continuas retiradas de efectivo de casi 3.000 euros a lo largo de 4 días. Ante una nueva petición de 5.100 euros, el banco bloqueó la retirada y habló con el cliente para cerciorarse de que él había dado las órdenes. Pero el perjudicado nada sabía de que alguien le había desvalijado la cuenta poco a poco a través de una estafa conocida como phising. En total, perdió 20.000 euros, y pudo ser peor si el banco no llega a congelar la retirada de otros 5.100, que pudo salvar.

El dinero se esfumó y pasó por las cuentas de cinco personas interpuestas o muleros, que lo trasvasaron a otros bancos de Ucrania, donde se pierde la pista. «El banco me devolvió el dinero año y medio después pero nunca más he vuelto a operar con una cuenta en Internet», relató ayer el cliente al juez por videoconferencia.

Todo empezó a principios del 2010 cuando el usuario de banca electrónica recibió un correo que aparentaba ser del banco Barclays e introdujo las coordenadas de acceso a su cuenta en Urzaiz, en Vigo, con la que operaba por Internet. Pero la página web era falsa. Quienes estaban detrás era unos mafiosos del Este que obtuvieron sus datos personales y su contraseña para suplantar su identidad y saquearle su cuenta sigilosamente a lo largo de varios días, a finales de febrero y primeros de marzo. El dinero iba a parar a las cuentas de unos intermediarios, expresamente contratados por Internet para desviar el dinero y sacarlo de España a toda prisa sin dejar rastro.

El juzgado penal número 3 de Vigo celebró ayer el juicio contra una de las muleras, Elisabeth V.C., que no fue a declarar porque, según alegó su abogada, es una parada que vive en Barcelona y no tiene dinero para costearse el viaje a Vigo. La letrada intentó suspender el juicio pero la Fiscalía dijo que, al ser la petición de pena igual a dos años de cárcel el juicio podría celebrarse en ausencia de la acusada, como así se hizo.

La abogada argumenta que la sospechosa era una desempleada que obró de buena fe al creer que trabajaba para una empresa internacional a la que le facilitó su número de cuenta. Sostiene que la estafa ya estaba consumada antes de que interviniese la mulera, porque la mafia del Este ya había quitado el dinero de la cuenta del cliente. La mulera solo se encargó de seguir las instrucciones de la empresa que la contrató, la Compañía West Union Group, que era transferir 2.800 euros a una cuenta de Europa del Este a cambio de una comisión del 5 %. La Fiscalía dice que su ignorancia era interesada y que un trabajo tan fácil tendría que haberle despertado suspicacias porque «no era algo normal».

El resto del dinero fue movido por otros muleros que no son objeto de este juicio. Una mujer desde Girona desvió 2.990 euros de la víctima a un tal Vira Gardienko, vecino de Kiev, en Ucrania. Lo hizo a través de dos compañías, la Weater y la Money Gram.

Otro mulero recibió en Torrejón de Ardoz, en Madrid, otros 2.997 euros y los transfirió a un tal Mark Zheleznii en Ucrania.

Otra mujer, de Barcelona, transfirió 5.907 euros, que envió a dos mujeres de Ucrania, y dos días después 5.100, aunque el banco retrocedió la operación al descubrir el fraude.

Y un cuarto mulero, de Badajoz, envió 5.300 euros a otros dos ciudadanos ucranianos.

«Fue víctima del phising, me enteré cuando el banco me llamó», dijo. Este no ve lógico que su sucursal tardase tanto en darse cuenta de la suplantación. «No conocía a esa mujer, fue la que más retiró», dijo el cliente.

Un policía explicó que el mulero es el eslabón más débil de la mafia porque es fácil de identificar a través de su cuenta.

Una «mulera» fue juzgada ayer en ausencia por transferir 10.000 euros en dos días

El dinero del cliente acabó en cuentas de Ucrania, donde se perdió la pista