Artur Caballero

VIGO

16 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

España nos roba», dice todos los días sin decirlo Artur Mas. «La Xunta nos roba», dice todos los días sin decirlo Abel Caballero. Cataluña es Cataluña y Vigo es Vigo, pero, si uno se fija con atención, tienen ahora mismo una cosa importante en común: la forma de hacer política. El president y el alcalde han resucitado la teoría del enemigo externo. Para provocar la cohesión interna, se buscan enemigos fuera. Para desviar la atención sobre los problemas que generan o que deberían resolver, ponen el foco permanente en los supuestos culpables de todos los males. La estrategia es la confrontación, nunca el diálogo. «El Gobierno central margina a Cataluña». «El Gobierno autónomo margina a Vigo». Y así descubrimos que existe un parecido razonable entre nacionalismo y localismo.

Esta matraca diaria, pura estrategia, conlleva grandes dosis de propaganda, constantes apelaciones sentimentales y disparar siempre en la misma dirección. Ah, y arrogarse la representación mayoritaria que no tienes con la ayuda de unos socios. En ambos casos, quienes sustentan a los gobiernos minoritarios sirven para tapar miserias y corruptelas. Con una diferencia importante: todo el mundo sabe por qué lo hace Esquerra y cómo le saca partido al asunto, pero nadie comprende por qué el Bloque se sigue hundiendo en la miseria. Los socios colaboradores son como esos periodistas que nunca encuentran un motivo para criticar al poder y coleccionan artículos fustigando a la oposición.

Y hasta ahí la teoría del enemigo externo, a gran y pequeña escala. Luego está la realidad, por supuesto. Rajoy castigando a los catalanes porque algunas de sus decisiones castigan a todos los españoles y Feijoo castigando a los vigueses porque algunas de sus decisiones castigan a todos los gallegos...

diego.perez@lavoz.es