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Begoña Rodríguez Sotelino
B. R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

La Once enseña a sus usuarios a sacar el máximo partido de Internet y los móviles

21 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación forman parte de nuestra vida cotidiana. Pero no todo el mundo tiene el mismo grado de acceso a ellas. Las personas con alguna discapacidad tienen más dificultades para darles uso. Por ejemplo, los ciudadanos con discapacidad visual, que en el caso de Vigo, según datos de la Once, son 1.113 personas.

Con motivo del Día Mundial de Internet, la organización celebró ayer en Vigo una jornada destinada a dar a conocer cómo se apañan con la cacharrería informática y los móviles los usuarios con déficit visual. Victoria Fernández, técnica instructora de Tiflotecnología en la Once de Vigo, Pontevedra y Ourense, cuenta que aunque hay bastantes marcas que cuidan este apartado, y entre ellas destaca Apple, los problemas que tiene los ciegos con el acceso a Internet se debe a que «muchas páginas web no cumplen con las normas de accesibilidad a las que están obligadas. También tienen más problemas con las redes sociales, porque son más complicadas, tienen muchas fotos».

Los teléfonos móviles, cada vez más sofisticados y con unas pantallas táctiles que dificultan la tradicional lectura con los dedos de los invidentes, también ofrecen soluciones. Fernández apunta a marcas como Nokia o, de nuevo, Apple. «El Iphone o el Ipad, por ejemplo, llevan integrada una aplicación llamada VoiceOver, que lee todo lo que el usuario toca».

La televisión, sin embargo, no ofrece grandes novedades, aunque indica que Panasonic está a punto de sacar un modelo que habla.

La Once cuenta con su propia tecnología y disponen de aparatos con los que consiguen convertir un ordenador convencional en una computadora que canta en voz alta todo lo que se puede leer. Pero las compañías tecnológicas también colaboran. «En general, las empresas se preocupan por proporcionar el acceso más amplio posible a sus productos». Pero el problema, según explica, es que hay muchos afiliados a la Once que no saben cómo usarlos. En eso trabaja a diario la instructora de tiflotecnología, que imparte clases tres días a la semana en Vigo, uno en Pontevedra y otro en Ourense, para que las personas con deficiencia visual puedan sacar el máximo provecho de unos servicios al alcance de todos. «El objetivo es que pierdan el miedo a todo eso. Tengo alumnos desde los 18 a los 90 años», cuenta. Su labor, además, consiste en adaptar la tecnología que va a utilizar un invidente cuando lo contratan en una empresa. Y entre los trabajadores a los que ha proporcionado la infraestructura que necesitan hay psicólogos, abogados, gestores de seguros, fisioterapeutas...