Los turistas ven caballos con cepos

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Los senderistas que pateaban el Viernes Santo por el monte en Domaio se quedaron impresionados al ver a los equinos de O Morrazo maltratados

31 mar 2013 . Actualizado a las 08:00 h.

Pasmados es lo mínimo que se quedaron los turistas que pateaban el viernes por las estribaciones del monte Faro, en Domaio, cuando se enfrentaron a la imagen de caballos atrapados por cepos. Ni que decir tiene que la impresión que se llevaron no fue ni mucho menos la de un país amante de la naturaleza. Lejos de compaginar con un entorno inigualable, echa por tierra la sensibilidad de quienes se dedican a este tipo de tropelías. Si se tiene en cuenta que la zona en la que se ha visto al ganado mostrenco forma parte de la Red Natura 2.000, los hechos son todavía más graves. Tal vez por ello, la situación no ha pasado desapercibida ni para los turistas, ni para los grupos ecologistas, a los que ya se ha dado parte.

La asociación animalista Libera está convencida de que la ruta de acceso al monte Faro se ha convertido en un camino hacia la crueldad animal. Esta entidad y la Fundación Franz Weber denunciaron ayer el avistamiento de al menos tres caballos con cepos en sus patas delanteras en las inmediaciones de la carretera de entrada a ese espacio natural. La situación se ha repetido hasta en ochenta ocasiones en diferentes puntos de la geografía gallega en los últimos años, como se puede comprobar en la plataforma de denuncia puesta en marcha por ambas entidades internacionales (www.senpexas.info). Tampoco es la primera vez que ocurre en el monte Faro y ya se ha denunciado en anteriores ocasiones, incluso por personas del mismo municipio de Moaña que se avergüenzan de la imagen.

A principios de marzo Libera y la Fundación Franz Weber lanzaron una campaña de recogida de firmas y en menos de un mes lograron más de 38.000 apoyos.

Los animalistas critican la desidia institucional con esta práctica en la provincia, «que ha sido calificada como una conducta delictiva». Buena muestra de ello, dicen, es que pese a los más de 130 animales detectados con toda clase de artilugios y a las denuncias presentadas, no se ha practicado ninguna detención hasta la fecha.

La falta de identificación de los caballos es el mayor impedimento a la hora de desarrollar las pesquisas y la investigación judicial.