Santiago Domínguez dejará en las próximas semanas de dirigir el BNG de Vigo

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Fue dos veces candidato a la alcaldía y no pudo evitar la sangría electoral del Bloque

31 dic 2012 . Actualizado a las 00:56 h.

Santiago Domínguez Olveira pasará en el plazo de unos días o semanas a la historia del Bloque en Vigo, donde ha sido dos veces consecutiva candidato a la alcaldía y asume por tanto la responsabilidad de una constante bajada de votos y representación. Según fuentes solventes, el hasta ahora portavoz municipal dejará el cargo después de las fiestas navideñas, una decisión que será adoptada por el consello local de la formación nacionalista.

Se trata de una medida pendiente desde mayo del 2011, momento en el que el Bloque se quedó en 3 concejales solo 12 años después de que su antecesor, Lois Pérez Castrillo, hubiera logrado una alcaldía que la formación frentista pudo disfrutar únicamente durante un mandato. A partir de ese momento comenzó un declive que le ha tocado gestionar a Domínguez Olveira: 5 concejales en 2007 y la cifra mencionada el año pasado.

Además de los sucesivos batacazos electorales el todavía portavoz tiene en su debe otro importante pecado político: hasta la escisión era miembro destacado de Máis Galiza y aunque optó por no marcharse su situación política interna se debilitó todavía más. Desde entonces pertenece a Abrente, el colectivo impulsado por Carlos Aymerich, mientras en Vigo tiene mayoría la UPG. De hecho, salvo él los otros dos concejales vigueses son de la corriente más izquierdista y en uno de ellos recaerá forzosamente la sucesión. Se trata de Iolanda Veloso, número dos en la lista y que en principio parte con más posibilidades de ser la sustituta, y Xabier Alonso, veterano militante y que fue el número 3.

Santiago Domínguez fue en el mandato anterior teniente de alcalde en el gobierno de coalición con los socialistas de Abel Caballero. Tras las elecciones asumió el pase a la oposición pero se le considera defensor de un pacto en la sombra que garantiza la alcaldía y una cómoda gobernabilidad a Caballero, incluida la aprobación de los presupuestos. No obstante, esta política, obviamente, es respaldada por el consello local del BNG. La incógnita que se abre ahora es si su relevo implicará cambios en la situación política del Concello de Vigo, algo que parece poco probable aunque quizás sí se note en las formas de la relación entre el BNG y el PSOE.