El vehículo está aparcado en Vitrasa y fuera de servicio desde agosto
09 dic 2012 . Actualizado a las 07:05 h.La oscura retirada de las calles del vehículo eléctrico que daba servicio de transporte público al Casco Vello sigue pendiente de aclaración. Tras varios meses de incidencias, el alcalde ordenó su eliminación el pasado mes de agosto debido a su mal funcionamiento. Dejó claro que se iban a exigir responsabilidades a la empresa que lo suministró, y nada se ha vuelto a saber. Sin embargo, en las oficinas de la suministradora, la valenciana Clem, ignoran lo sucedido. Fuentes de las empresa aseguraron a La Voz que no han tenido noticias del Concello y que por tanto siguen haciendo frente a sus obligaciones.
Por este motivo en las próximas semanas un técnico de la firma tiene previsto desplazarse a Vigo para efectuar la revisión periódica al vehículo. El autobús eléctrico se encuentra estacionado en las cocheras de Vitrasa, según las fuentes consultadas, y allí se efectuará este chequeo periódico.
Obligaciones
No obstante, en Clem son conscientes de la situación del bus eléctrico y de la polémica generada en Vigo, pero insisten en que han cumplido su parte y que cuando se han producido incidencias han atendido las llamadas de inmediato.
«El hecho de que el vehículo esté parado no nos exime del mantenimiento, que por supuesto vamos a seguir realizando. Por supuesto, como empresa suministradora queremos dar el mejor servicio», precisaron a La Voz desde la empresa.
Respecto a las averías que se sucedieron antes de que el vehículo fuera retirado por el Concello, en Clem insisten que es el único caso que se les ha planteado pese a que han vendido más autobuses de este tipo. De hecho, tras varias averías asumieron el cambio de la batería, la pieza más cara en un modelo ya de por sí de precio elevado. «La única diferencia en Vigo es que se lo hemos vendido a una administración y luego el vehículo lo gestiona una empresa diferente [por Vitrasa], pero nuestra obligación y nuestor deseo es resolver los problemas que se planteen».
Al margen de los problemas técnicos, el vehículo eléctrico del Casco Vello padeció las diferencias políticas en el seno del gobierno municipal. El impulsor de servicio fue el BNG en la última etapa del gobierno de coalición con los socialistas y Caballero. De hecho, el primer transporte que ha existido en el barrio histórico de Vigo empezó a funcionar pocas semanas antes de las municipales del año próximo.
El resultado, como es conocido, dejó al Bloque maltrecho al pasar de 5 a 3 concejales, por lo que sus militantes decidieron pasar a la oposición. Tras ello, el alcalde decidió suprimir el servicio dos meses después. Esta medida, sumada a otras para desarbolar iniciativas de los nacionalistas, provocó un fuerte malestar en el BNG. Tanto, que a la hora de negociar los presupuestos del 2012 exigieron su reposición.
Cambios
Como no podría ser de otra forma, Caballero cedió y en noviembre del 2011 el bus eléctrico volvía a las calles y devolvía el transporte al Casco Vello, pero con algunos cambios. El PSOE optó por alargar su recorrido y llevarlo hasta el auditorio de Beiramar, lo que, obviamente, redujo la frecuencia de paso.
Entre noviembre del 2011 y mayo pasado nada ocurrió. El servicio funcionó con normalidad hasta el 2 de mayo, fecha en la que se retiró el autocar para una revisión. A partir de ese momento se sucedieron las incidencias: reaparición, avería, retirada y vuelta a empezar.
Desde el Bloque Nacionalista Galego se pidió en un primer momento su recuperación y que estuviera acompañada de un plan de promoción para lograr aumentar una escasa utilización de los usuarios que nadie niega. Sin embargo, desde agosto pasado nadie ha vuelto a aludir a un vehículo que costó más de medio millón de euros y que languidece en las cocheras de Vitrasa a la espera de decidir que se hace con él.