Caballero aplaza la subida de las tasas por falta de apoyo del BNG

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

El futuro del recibo del agua enfrenta a los exsocios del gobierno local

22 sep 2012 . Actualizado a las 07:10 h.

El gobierno socialista en minoría que preside Abel Caballero no podrá aprobar pasado mañana las ordenanzas fiscales del año próximo con una subida del 2,1 %. Tras el visto bueno de la junta de gobierno hace cinco días todo hacía pensar que en la sesión plenaria del lunes el asunto quedaría resuelto. Sin embargo, un obstáculo se ha cruzado en su camino y tiene por nombre grupo nacionalista. Los tres votos del BNG son imprescindibles para su aprobación por mayoría absoluta y en este caso de momento no están disponibles.

La prueba de que el acuerdo no existe todavía, aunque con seguridad se logrará, lo daba el Bloque al anular la comparecencia convocada para la mañana de ayer. En ella, su portavoz, Santiago Domínguez, iba a explicar las exigencias de su grupo para aprobar la subida de impuestos municipales. Sin explicación alguna la rueda fue cancelada, previsiblemente para no impedir un pacto posterior.

El punto de fricción parece ser la modificación del recibo del agua, una apuesta del Bloque desde hace 14 meses que hasta ahora no ha sido aceptada por Caballero. Hace un año el asunto se solventó con el acuerdo de constituir una comisión para estudiar su modificación y eliminar el exagerado mínimo de 30 metros cúbicos cada 2 meses que abonan todos los vigueses. Dicha comisión no llegó ni a constituirse y ahora todo sigue igual.

Sin embargo, el punto de inflexión se produjo el pasado 25 de junio, cuando el pleno aprobó modificar el recibo para que cada familia pague el agua que consume y promover de esta forma el ahorro. Aunque fue iniciativa del PP, el BNG la secundó y dejó en minoría a los socialistas. Para evitar la foto de la derrota Caballero ordenó a su grupo votar también a favor, aunque con la idea de que todo siguiera como está.

Pero este propósito es cada vez más complicado de lograr. De hecho, a primeros de este mes el PP llevó de nuevo este asunto a pleno y se reprodujo la votación. En ese contexto de unanimidad a favor de un nuevo recibo y la intención del alcalde de que no se cambie parece radicar el aplazamiento de la aprobación de los impuestos para 2013, que van a subir un 2,1 %.

Por si quedaba alguna duda, esta misma semana Domínguez reiteraba que su grupo está a favor de la modificación del recibo. Era un nuevo recado y una prueba aparente de que los nacionalistas esta vez no se van a conformar con aplazar de nuevo la decisión como en 2012.

Por si las cosas se complican, el concejal de Fomento encargó hace varias semanas un estudio sobre las opciones que existen para modificar el recibo del agua. David Regades anunció que lo tendría listo a mediados de mes, pero de momento no ha facilitado información alguna.

El simple hecho de encargar dicho estudio es una prueba de que algo se mueve. No obstante, el edil dejó claro que todo depende de los resultados que ofrezca. En otras palabras, que si el cambio implica una reducción de ingresos de Aqualia, que tiene garantizado su equilibrio económico-financiero, todo seguirá igual. Y desde luego, si se cobra por consumo real difícilmente se recaudará lo mismo... salvo que suba el precio, lo que generaría una nueva polémica.

Mientras tanto, el movimiento vecinal espera una solución a esta reclamación histórica que hasta ahora no ha logrado hacer realidad.

Sin los votos nacionalistas el alcalde no podrá aprobar la subida de impuestos

El Bloque canceló ayer la rueda de prensa en la que iba a explicar su posición