Rios de tinta corrieron a cuenta del proyecto Finca do Conde, dos torres con 250 viviendas y el que entonces era el centro comercial más grande de Galicia. Numerosos avatares lastraron su gestación, principalmente que los jueces anularon la licencia pese a lo cual siguió adelante a la espera de que el Supremo la confirmara. Cuando llegó ese momento, como era previsible, torres y centro comercial estaban terminados y en situación ilegal.
Su oportunidad le llegó con la aprobación del actual Plan Xeral, que incluyó la urbanización tal y como se hizo para posibilitar su legalización. Sin embargo, el gobierno de Caballero rechazó la concesión de licencia y tomó una decisión sorprendente: suspender las licencias en ese ámbito. Una medida destinada a impedir su legalización y que a la postre la ha acelerado.
Sistema fallido
El anterior concejal de Urbanismo, el socialista José Mariño, justificó la suspensión de licencias como una fórmula para darle nueva ordenación al ámbito de Finca do Conde, pese a sus escasas dimensiones y la existencia de una realidad física inamovible.
Promotores y propietarios presentaron un recurso contencioso-administrativo contra dicha suspensión y el pasado 7 de octubre un juzgado de Vigo la anuló. Antes de que el Concello tomara una decisión dicho juzgado (el número 2 de lo contencioso administrativo) pidió al Concello el pasado 1 de febrero un informe sobre la ejecución de la sentencia. Este escrito presumiblemente lo aceleró todo y Urbanismo decidió conceder una licencia que hoy se hará efectiva. El sistema, por silencio administrativo una vez que se realicen algunas obras menores de adaptación.
Respecto al centro comercial, considera al Concello que la competencia es autonómica y ha remitido el expediente a la Xunta. Así, parece que el culebrón llega a su final.
El Concello da hoy la licencia tras un fallo judicial que le obliga a actuar