Cans aparca el glamur y recupera el agro

VIGO

24 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

1Mientras en el escenario del atrio de la iglesia el Gran Wyoming hace pruebas de sonido, en una esquina del improvisado ágora en el que se ha convertido la terraza de Moncho, Fernando León de Aranoa saborea una cerveza. Morris y Jorge Coira hacen lo propio cinco pasos más allá al pie de una fila de chimpines y Alfonso Pato está claramente al borde del infarto porque el avión de María Pujalte sigue sin salir de Madrid cuando hace media hora que tendría que haber aterrizado en Peinador.

Es el ambiente de Cans un día cualquiera de su ya consagrado festival. Lo que más llama la atención al visitante accidental es que los vecinos no se inmutan con la presencia de ninguna cara conocida, lo que implica que éstas se sienten particularmente a gusto porque nadie les atosiga y les permiten divertirse a sus anchas, que es de lo que se trata.

Tal vez esta ausencia de exclamaciones tenga mucho que ver con que en Cans todo el mundo es famoso. «Saliste en el Telediario», le dice un vecino a Alicia Sánchez mientras, cuesta arriba, la propietaria del jalpón friki ejerce de cicerone para una servidora. «Sí, creo que salido en todas las televisiones», responde con la naturalidad del que se pasa el día entre cámaras.

La misma naturalidad exhiben Juan Sánchez, su hermano, y Serafín Rodríguez, cuando suben al escenario a contar lo bien que se lo pasaron rodando Querida Gina, ese viaje que, en compañía de Tin Alan, les llevó hasta Roma en busca de la soñada Lollobrigida. «Nunca viví ni viviré nada igual», reconocía Juan, que se resistió a abandonar el escenario antes de contar lo que quería. El aplausómetro dejó claro que su estrellato estaba a la altura del de la Pujalte.

Una vez recuperado el agro y aparcado el glamur hasta la próxima cita, los organizadores han hecho balance. Han acabado exhaustos pero felices. «Ha sido la edición con mayor afluencia de la historia del festival». En total, 9.000 personas pasaron por la parroquia más cinematográfica de O Porriño. El año que viene, más.

«De bares», en el Catro

2El programa de V Televisión hace mañana escala en el emblemático café de la calle Gerona, de cuya decoración forma parte la primera máquina registradora que se utilizó en Vigo. Sus singulares mesas han sido escenario a lo largo de sus 30 años de vida de jugosas tertulias, mil y una partidas de juegos varios, intercambios de libros...

Algunos de sus asiduos respondieron a la llamada de Juan Rodríguez para publicar un libro a propósito de las bodas de plata. En él dejaron sus pensamientos sobre el Catro, entre otros, Méndez Ferrín, Ánxel Huete, María Xosé Queizán, los hermanos Álvarez Cáccamo...

Peñín, de cata

3La guía José Peñín se ha convertido en un referente. Hoy tiene previsto catar unos 150 Rías Baixas. Nada comparado con las 9.250 marcas que le faltan. Uff.