Tan pequeñas como potentes

David Suárez Alonso
David suárez VIGO / LA VOZ

VIGO

Un grupo de la Universidad pone a prueba nanopartículas con posibles usos médicos

01 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las posibilidades del uso de nanopartículas en medicina son prometedoras. Acabar con las inyecciones en las vacunas, crear antibióticos de liberación lenta o lograr avances en el tratamiento oncológico son solo algunos ejemplos de lo que se espera de estos compuestos. Los pasos más inmediatos serán en el diagnóstico donde permitirán hacer pruebas más rápidas, menos invasivas y detectar muchos componentes al mismo tiempo. De ahí que la nanotecnología esté llamada a convertirse en la gran revolución médica de los próximos años. En la Universidad de Vigo, un grupo de investigadores lleva años ya trabajando en este ámbito y con su investigación tratan de profundizar en las reacciones que podrían provocar en nuestro organismo.

«Nuestra investigación se centra en conocer las interacciones biológicas y optimizar las nanopartículas para que sean lo más inertes posibles», explica África González-Fernández, catedrática que dirige el equipo de Inmunología. La labor del equipo vigués no consiste en diseñar nuevos materiales, sino que tratan de buscarle aplicaciones a los existentes o a nuevos materiales diseñados por otros grupos. Estudian sus características, sus efectos en contacto con el organismo y la interacción con el sistema inmune.

Una de las líneas de investigación en la que están trabajando, en el seno del proyecto europeo Hinamox, consiste en detectar y tratar de evitar la toxicidad de nanomateriales metálicos como óxidos de zinc o de titanio. También han demostrado que hay formas de esterilización que se adaptan mejor a los diferentes materiales.

Otra de sus ocupaciones son las vacunas. Como alternativa a la inyección subcutánea o intramuscular, prueban nanoestructuras biocompatibles para administrarse por vía nasal, por ser un lugar accesible con buena respuesta inmune.

En el mar

Aunque su fuerte es campo médico, en el ámbito marino su trabajo también está siendo muy intenso. Por ejemplo, han generado unos anticuerpos que permiten identificar las larvas de mejillón en el plancton marino.

Otra de las especies con las que están trabajando es el rodaballo, cuyo sistema inmune está aún lleno de incógnitas. Asimismo, han desarrollado anticuerpos frente a algas tóxicas y frente a una de la más potentes toxinas marinas. Ahora además están trabajando con las mareas rojas, en colaboran con un equipo de físicos que utiliza la teledetección. «Lo más relevante es que nuestros anticuerpos pueden ser utilizados para distintas aplicaciones», apunta la investigadora.