Vigo se queda sin sus cesteiros

VIGO

La cestería Mari Luz, con una tradición de casi un siglo, echará el candado en los próximos días, tras hacerlo otra situada enfrente, y dejará el entorno con dos negocios

03 feb 2010 . Actualizado a las 16:11 h.

De continuar con la tendencia actual, la rúa Cesteiros no tendrá más remedio que cambiar el nombre y despedir a una vieja tradición de la ciudad con el arte del mimbre.

La popular cestería Mari Luz, situada junto a esta calle, en la plaza de la Constitución, está a punto de cerrar sus puertas, tal como reza en los carteles expuestos en el escaparate: «Gran liquidación por cese de actividad».

Casi un siglo de tradición que se va por la borda, iniciada primero en la rúa dos Cesteiros y desde 1984 en la ubicación actual. Fueron sus bisabuelos quienes, a principios del siglo pasado, decidieron instalar una cestería y, junto con otros expertos, afianzaron esta tradición en Vigo. Su caso no es el único. El oficio ha pasado en la mayoría de las tiendas de padres a hijos.

Indemnización

«Vendieron el bajo, le indemnizaron y cierra, ya no se traslada a otro lugar», comenta una persona que en ese momento se encuentra al frente de la tienda de Mari Luz. Recuerda que antes había ocho cesteros en la zona y que ahora solo quedarán dos.

Casi enfrente de Mari Luz acaba de cerrar otro negocio del mismo tipo de artesanía por rehabilitación del edificio en el que se ubicaba, y desde hace años permanece cerrado otro al principio de la rúa dos Cesteiros. En la puerta aún figura un cartel: «Se alquila bajo comercial».

La falta de sucesores en el entorno familiar es la clave del cierre de la mayoría de los negocios. «Los hijos tienen otros trabajos y los viejos se jubilaron o murieron», explican en el local de Mari Luz.

Es más, el único cestero que en realidad sigue desarrollando este oficio es Antonio Suárez Dávila. El resto, en general, se limita a vender la mercancía. Además de contar con un establecimiento en Cesteiros, Antonio enseña el oficio en el Centro de Artesanía Tradicional, del Concello de Vigo.

Competencia

No todo el material que se vende en el entorno de Cesteiros es artesanal, ni cestería en exclusiva. La feroz competencia de otros mercados exteriores les ha obligado a abrir la mano y a poner a la venta productos ajenos a los mimbres como objetos de decoración o viseras, por cierto, lo que más compran los turistas.

En la actualidad muchas de las piezas se hacen por encargo. Es el caso de las nasas, auténticas obras de arte, o algunos tipos de cestas más específicas.

Los precios tirados de ciertos productos importados obligan a los artesanos vigueses a competir en condiciones muy desiguales al tener que ofrecer sus productos por debajo del coste que en realidad requeriría la mano de obra.

Este hecho hace que en la actualidad ya no resulte rentable el oficio, al menos como hace años, cuando se despachaba toda la producción elaborada.

La situación actual de crisis viene a complicar todavía más la salida de este tipo de artesanía. Los clientes se acaban fijando únicamente en el precio y dejan de lado la calidad y el trabajo manual que se esconde detrás de cada pieza.

Solo lo expertos se mantienen fieles a esta tradición, que lleva camino de convertirse en una leyenda.