¿Dónde está el avión de Madrid?

VIGO

El 4 de diciembre del año 1958 se producía la primera catástrofe aérea, con víctimas mortales, en un vuelo que había partido del aeropuerto de Peinador

02 dic 2009 . Actualizado a las 12:23 h.

El oficial de radio Pedro Sacristán dejó de emitir su posición tras sobrevolar la capital salmantina. Pasaban unos minutos de las cinco y media de la tarde del 4 de diciembre de 1958. El tetramotor Languedoc de Aviaco, matrícula EC-ANR, se había perdido en un punto indeterminado de la meseta castellana. El avión, pilotado por el comandante José Calvo -el piloto más antiguo de la compañía Aviaco - había partido del aeropuerto de Peinador a las 16.45 horas con destino a la capital de España. Había recogido a dieciséis pasajeros que eran atendidos por cinco tripulantes. Las estimaciones de vuelo preveían que a las 18.30 horas, el avión aterrizase en el aeropuerto de Barajas. Pero nunca llegó a su destino.

La aeronave ya tuvo problemas antes de llegar a Vigo y tuvo que desviarse a Santiago de Compostela. Aterrizó en el aeródromo vigués tan solo veinte minutos antes de volver a despegar para seguir ruta hacia Madrid por Salamanca. En Peinador embarcaron los marqueses de Leis, José Ramón Pardo y Castro y María Isabel Cerqueira, junto al ex alcalde de Sanxenxo, José Pita, el ex futbolista del Celta Pareditas y otras doce personas más.

Cuando la torre de control de Barajas perdió la posición del Languedoc se activó un dispositivo de búsqueda, a través de todas los cuarteles de la Guardia Civil de las provincias castellanas incluidas en la ruta del aparato. Hubo varias falsas alarmas, incluso alguien escuchó dos fuertes estruendos en los alrededores de El Escorial, pero hasta el 6 de diciembre, el misterio fue absoluto.

Durante esos días, la oficina de la compañía Aviaco, que acababa de abrir en la calle de García Barbón, donde hoy en día se sitúa una oficina bancaria, estuvo atendiendo a los familiares de los pasajeros desaparecidos. El coronel jefe del aeropuerto, José Fernández de Alarcón, y el alcalde Tomás Pérez Lorente consolaron a los familiares, ya que se daba por seguro el accidente como causa de la desaparición.

El Languedoc era un cuatrimotor de origen francés que Air France había retirado del servicio de pasajeros en 1952. Una buena parte de estos aviones fueron vendidos a Aviaco y a las líneas aéreas egipcias.

Los restos del aparato fueron localizados en el pico Pasapán, en la sierra del Guadarrama, en el municipio segoviano de La Losa. El joven lugareño que localizó los restos pudo comprobar como la zona estaba esparcida de langostinos y otros mariscos que transportaba el avión. Solo la cola del aparato estaba intacta. La explosión había matado a todos sus ocupantes.

Las autoridades aéreas achacaron el accidente a una fuerte borrasca con vientos de estribor que hizo descender al avión hasta los 1.200 metros. El pico donde impactó tiene una altura de 2.200 metros. El reloj de uno de los fallecidos se había parado a las 19.41 minutos.

Rescate en la nieve

El rescate de los cadáveres fue complicado debido a la escarpada orografía y a las continuas nevadas que se sucedieron aquellos días. Los equipos de rescate se vieron obligados a emplear mulos armados con camillas para descender los cadáveres hasta los pueblos de la zona. Una vez identificados los cadáveres, fueron trasladados a sus localidades de origen. A Vigo llegaron los cadáveres de los marqueses de Leis, Ramiro Paredes, Pareditas, y Leonardo Priego el 9 de diciembre.

Miles de personas acompañaron los cadáveres desde la estación de ferrocarril hasta la iglesia de Santiago de Vigo, donde tuvo lugar un oficio religioso. La manifestación estuvo encabezada por el gobernador civil, Rafael Fernández; el alcalde, Tomás Pérez Lorente; el coronel José Fernández de Alarcón y el alcalde de Pontevedra, Landín Carrasco. Posteriormente, los cadáveres de las víctimas viguesas fueron inhumados en el cementerio de Pereiró.