Cientos de pasajeros quedaron atrapados ayer en el centro de Vigo a la hora de comer. El primer día de corte de tráfico para vehículos privados se convirtió en un auténtico calvario para los usuarios y conductores de Vitrasa, que padecieron los efectos de las obras que se realizan en el eje Paseo de Alfonso-Elduayen-Policarpo Sanz-García Barbón. Los tapones se produjeron en distintos momentos de la jornada y provocaron retenciones añadidas en otras calles importantes, como Urzaiz, Gran Vía y Venezuela. Algunos motoristas llegaron a circular por las aceras, mientras la desesperación cundía dentro de los autobuses. Sin embargo, el Concello no lo vio. El gobierno local aseguró que la jornada transcurrió «sin incidentes de mención». La indignación de los vecinos y los comerciantes va en aumento. Hoy expondrán sus quejas hasta seis asociaciones empresariales del centro de la ciudad. El descontento con la planificación de las obras también se puso de manifiesto en el barrio de Coia, donde se inició una recogida de firmas y un grupo de personas llegaron a cortar el tráfico. Ante el malestar generado por las humanizaciones en el Casco Vello, el teniente de alcalde Santiago Domínguez prevé visitar hoy a la zona. » L2 y L3