¡Viva la piratería!

VIGO

19 dic 2008 . Actualizado a las 12:53 h.

Para defender mis intereses y propiedades, compro habitualmente cedés piratas. Es más, me encanta hacerlo. Por entre tres y cinco euros, adquiero un magnífico producto que, en el caso de la música, en nada desmerece del original y, en el del cine, es de inferior calidad, pero a menudo me compensa, por la pésima calidad artística del propio producto.

Por si no queda claro, voy a insistir: compro a menudo copias piratas. Le doy 5 euros a un simpático subsahariano y éste me da un DVD que contiene una película que, en lugar de en el cine, veo en mi casa tan ricamente. Si, por un acaso, es usted, amable lector, un fiscal con poca actividad, y desea emplumar a alguien para darse lustre, aquí me tiene. Se lo voy a repetir: consumo piratería pura y dura.

Leo en este mismo diario que, el lunes, un juzgado de Vigo impuso una multa de 1.200 euros a un senegalés por vender cedés «ilegales». El buen hombre, identificado con las siglas N.N., aceptó pagar la sanción, aunque pidió abonarla a plazos, a razón de 50 euros al mes. Desconozco si se le concedió la gracia, pero espero que sí.

N.N., que es un señor que ha viajado en una patera jugándose la vida, que malvive en Vigo porque le contaron que esto era el paraíso, se ha encontrado por fin con la Justicia, con mayúsculas, que le ha convocado para multarle con 1.200 euros, astronómica cifra que este buen hombre no ha visto junta en toda su vida. Ante tanta Justicia, en letras de oro, N.N. no se queja: sólo pide pagar a plazos.

Leo el caso de N.N. y me entran ganas de escribir esto: que yo también soy culpable, porque compro asiduamente deuvedés piratas. Al hacerlo, incurro en un delito. Pero lo asumo. Aunque pueda pasarme como a N.N., y que me impongan una multa para «indemnizar» -dice la sentencia- a la SGAE, de la que cobra algún artista actualmente investigado por evadir una fortuna a Suiza para no pagar impuestos en España. Que No Es Lo Mismo. N.N. va a pagar 1.200 euros a un cantante que evade impuestos y hace campañas contra la piratería.

Es por ello que yo compro cedés piratas. Y lo hago en defensa de mis intereses. Soy, entre otras cosas, guionista. Y los guionistas no cobramos derechos de autor por las copias en DVD de nuestras creaciones. Así era antes y así es ahora con la nueva Ley del Cine. Con ello, atentos a la paradoja: cuando yo compro una copia oficial en DVD no cobro nada. Sin embargo, cuando compro un DVD pirata, cobro: El canon digital que se aplica a este soporte y que reparte la organización gremial ALMA. Por eso soy consumidor de discos piratas: porque es la única forma que, como autor, tengo de cobrar por mi trabajo. Suena ridículo, pero es que es ridículo. Pero peor lo tiene el pobre N.N., el negrito con el que, al fin, se ha hecho Justicia.