Doscientos vecinos aislados por las obras en Crecente

VIGO

30 abr 2008 . Actualizado a las 11:48 h.

El coche de San Fernando. Ese es el vehículo de moda en la parroquia de Filgueira, en Crecente. O pastillas antimareo para los rodeos de hasta 22 kilómetros que tienen que hacer, porque las principales carreteras que los comunican están en obras. Consecuencia: un mar de dificultades para ir a hacer la compra, terminar las obras de la casa o acercarse al médico.

Si no que se lo digan al matrimonio de Antonio Costas y Manuela Expósito. Sin posibilidades de continuar hasta su casa en bus, el regreso desde el Hospital Meixoeiro se convirtió en un paseo de dos kilómetros con las sondas y los vendajes a cuestas, ya que él tiene un problema en las piernas. «Aos 81 anos xa non estou para isto. Dependo do coche de liña para ir ao médico de A Cañiza e ao hospital de Vigo e agora xa non sei sequera se seguirá a haber servizo. Non sei como imos facer», recuerda este hombre, cuyos tres hijos dependen de su trabajo para poder llevarlo en coche.

Igual que Antonio se han quedado otros 200 vecinos de la parroquia desde el pasado lunes. Pese a que existía un compromiso de no empezar todas las obras a un tiempo, el domingo aparecieron los carteles amarillos, que ahora inundan la zona con advertencias. Alerta para ir a A Cañiza, desvío de 17 kilómetros por una «no muy buena carretera».

Pese a que el primer plazo que se dio para terminar los trabajos era el 22 de diciembre, los obreros siguen allí y sin vistas de que acabe pronto. Letrero para ir a Ribadavia, desvío provisional por la OU-402. Traducido: 22 kilómetros más de viaje en coche para ir a dar al mismo punto. En este caso la fecha final de las obras todavía queda más lejos, ya que son las que se acaban de iniciar.

«Cuando se habló de ellas se barajaban tres meses y ahora que han empezado ya dicen seis, así que nos tememos lo peor», comentan desde la asociación vecinal de la parroquia. Intentar cambiar de provincia viajando por Cortegada tampoco es un camino fácil. El puente nuevo, que ya fue inaugurado, todavía no se ha abierto al tráfico. Por el viejo, solo pueden ir los turismo, así que los camiones y los recurridos autobuses, sobre todo para la gente mayor, se quedan colgados.

Con el mapa lleno de cruces para llegar a los núcleos principales, a Filgueira solo le queda un hilo con el mundo exterior. La carretera que va a Crecente.