Entre col y col, tolerancia

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

01 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

O sea de la tolerancia, la ONG Solidarios Anónimos convocó, un año más (y van siete), su jornada tolerante. Esta vez tocaba hablar de enfermedades mentales, pero como los invitados tenían completa libertad a la hora de abordar el tema, también se habló mucho de cine y, por ende, de actores y actrices. Que por qué, pues porque en la mesa de oradores había sendas sillas reservadas para Uxía Blanco y para Antonio Durán, Morris, amén de para Luis Espada, el psiquiatra López Vázquez, el concejal Santos Héctor y el presidente de los organizadores, Carlos Mañas.

Hablando de sillas, las que resultaron a todas luces insuficientes, fueron las destinadas al público, lo que obligó a muchos de los asistentes a seguir las intervenciones de pie. Tal vez pensando en ellos, ninguno de los invitados se pasó del tiempo asignado.

Uxía se centró en la locura en el cine. Como lo que sobran son ejemplos, tuvo donde elegir. Con protagonistas tan variados como los de Psicosis, El silencio de los corderos, Atracción fatal y hasta Locura de amor. Eso sí, dejó claro que en cuestiones de locura no podemos fiarnos del cine, más que nada porque guionistas y directores procuran buscar situaciones extraordinarias para captar la atención del espectador.

Lo cual no significa, vino a decir también Uxía, que el cine no sea muchas veces una ayuda para enfermos que no sabían que lo eran. Quién sabe, sin ir más lejos, cuántos se verían reflejados en el maniático Jack Nicholson de Mejor... imposible. Eso sí, añadió, no hay que olvidar que el cine es puro espectáculo.

En lo profesional Uxía está de paréntesis, ya que el equipo de Cuéntame, del que ha vuelto a formar parte gracias a su papel de Esperanza, se ha dado dos meses de vacaciones. «Nadie sabe lo que va a pasar; apenas llevamos capítulos adelantados», asegura cuando la invito a que me chive qué les espera a los Alcántara. Tampoco se atreve a contarme su nuevo proyecto cinematográfico, por si se chafa. «He querido luchar contra esa superstición, pero...». Sí, haberlas, haylas.

También Morris, cuando le llegó el turno, se fue por los cerros interpretativos. En este caso más teatrales. A él le ha tocado hacer muchos personajes cuerdos, pero algunos rematadamente locos. Y ese fue el hilo del que tiró ante el atento y numeroso auditorio.

Luis Espada, tras reconocer que lo suyo no son las enfermedades mentales y que doctores tiene la iglesia, optó por la calle del medio. Eso sí, a petición de parte. Le invitaron a hablar de botellón y, ciertamente, de eso sabe un rato. No le ha quedado más remedio que empaparse del asunto para elaborar esos informes tan documentados que firma en calidad de Valedor do Cidadán. Precisamente el próximo mes terminará el trabajo de campo del que verá la luz en primavera. Quedamos a la espera. Del informe y de la siguiente invitación de Mañas.

Y a miles de turistas con ganas que rememorar aquel desembarco de hace 515 años. Aunque sea de mentirijillas. De bote en bote se pone la real villa durante el fin de semana de la Arribada. Por momentos, caminar por las estrechas calles del casco viejo se antoja tarea imposible si no quiere una sentirse engullida por el gentío.

Pues este primero de marzo, a poco que surta efecto la invitación que hizo ayer en Fitur Jesús Vázquez Almuíña, el engullimiento puede ser mayor. El alcalde se plantó en Madrid con un vídeo promocional de la fiesta que, me asegura, causó sensación. Igual que los trajes de época que vestían las azafatas.

Para dar fe de que Baiona es mucho más que un destino playero (que también), contaron con la colaboración de Vicente Sierra y Ponce de León. El historiador, asiduo de los veranos de la villa, puso a los asistentes al corriente de la importancia que aquélla tuvo en los siglos XV, XVI y XVII en las cosas de la navegación. Lo dicho, el lleno está garantizado el primero de marzo. Las modistas especializadas en trajes de época tienen también la cartera de pedidos rebosante, entre ellos el de Vázquez Almuíña, que ayer no quiso desvelar ningún secreto del modelito con el que nos sorprenderá este año. A ver.

Es el lema elegido por Carlos y Rubén Brión, Carlos Barreiro y Jorge Viéitez para el nuevo Public. Después de unas largas vacaciones, la discoteca vuelve a la carga con renovado espíritu. Hoy es el día. En realidad, mañana, porque las puertas se abrirán a la una de la madrugada. Me han pedido que no descubra las sorpresas que han preparado para la gran fiesta. Habrá pantallas gigantes por todas partes, tarimas de gogós por doquier, fantasías de animación... Y hasta aquí puedo leer.

Lo que sí me dejan que cuente es que el lema tiene mucho que ver con la decoración en rojo, negro y plata, presidida por una inmensa araña, cuya tela atrapa sin remisión a poco que uno se acerque. Avisados quedan.