«Maio maiea» junto al mar de Vigo

VIGO

M. MORALEJO

Crónica | Cena de los Premios da Crítica Además de a los premiados en las diferentes disciplinas, la Fundación rindió homenaje a tres empresarios que eligieron el gallego para expresarse en los negocios

21 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?a cita es obligada cada mes de mayo. La Fundación Premios da Crítica hace público el nombre de las personas o entidades que se han destacado en diferentes disciplinas, con el nexo común de haberlo hecho en gallego. Los galardones, simbólicos aunque de gran valor, se entregan en el transcurso de una cena en la que no siempre resulta fácil hacerse con una plaza. Como ocurrió el pasado sábado en el Balneario de Mondariz. Por primera vez en 29 años los seis premiados y el Galego egrexio, Xosé Manuel Beiras, compartieron protagonismo con tres empresarios (Enrique Peinador, Xesus Canabal y Antonio Fernández), ya desaparecidos, a los que la Fundación pone como ejemplo para demostrar que la lengua gallega y los negocios son perfectamente compatibles. Los mayores aplausos de la noche no fueron para las viandas que, por mor de los discursos y actuación musical, no llegaron a la mesa en su mejor sazón, sino para Teresa Moure, Beiras y Barreiro Rivas. La primera, que intervino en nombre de los galardonados, afirmó que los Premios da Crítica son «unha auténtica vitoria da sociedade civil fronte ao poder». Agradeció el paso al frente dado por un sector representativo de la ciudadanía gallega antes de la era antiglobalización, plasmado en la creación de una plataforma desde la que saludar nuevas facturas artísitcas y productos estéticos o de investigación. Aseguró que detrás de cada uno de ellos había un proyecto de país y un estado de inspiración que la inducían a pronunciar su frase favorita: «actitude positiva cara á utopía». Porque sostiene que utopía es crear en una lengua con fama de musical pero considerada «unha forma de fala vergoñenta, soporte dunha cultura desprestixada, que se presenta como reliquia dun mundo antigo». Terminó Teresa Moure como empezó, recordando que en esta parte del mundo, entre O Suído y el mar de Vigo, estamos en el mes de las flores: «Cando non poalla, o sol quence os corpos e venta morniño e suave. O millo candea, chora o liño e vai farnando o centeo. Maio maiea». Barreiro Rivas fue el encargado de hacer la semblanza del Galego Egrexio, del que vino a subrayar que es un hombre que hizo una apuesta ética por la afirmación de Galicia como país. Una frase de Vicente Risco, a pesar de reconocer que no era santo de su devoción, puede resumir la muy aplaudida intervención de Xosé Manuel: «Galicia es un mundo. Si te parece pequeña es que tu corazón no es suficientemente grande». Ánxela Bugallo, encargada de cerrar los discursos, subrayó el acierto de la Fundación al ser aglutinadora de tan diferentes sensibilidades. Al margen de los premiados, evidencia tales diferencias la lista de asistentes, entre los que se encontraban Carmen Gallego, Freixanes, Ramón Villares, Domingo Docampo, Marisol López, Carlos Varela, López Peña, Carmen Avendaño, Rogelio Groba...