En el escaparate

La Voz

VIGO

La Mirilla

13 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Es el lema favorito de Agustín Jiménez al que, si su reciente paternidad se lo permite, podremos ver en directo en El Ensanche muy pronto. El caso es que son muchos los que siguen su escuela. Y hacen bien. Aquello de vender el paño en el arca es agua pasada en la sociedad de la comunicación. Que se lo pregunten, entre otros, a Boris Izaguirre, que no pierde comba. El inimitable marciano aprovecha cada escapada a Vigo (supongo que idem de lienzo a otros destinos) para presentar, re-presentar y firmar libros. Con la soltura que le caracteriza, derrochó ayer encanto y piropos (algunos envenenados) en la librería de El Corte Inglés. Boris, cariño, Fetiche eres tú. Otro que está en promoción es el alcalde de Baiona, que estos días vende Arribada a diestro y siniestro. Siguiendo el camino marcado por su antecesor, el jueves lo hizo en Madrid. Sin embargo, le faltó el desparpajo y la puesta en escena de Chicho Rodríguez Quintas, que inundó la Casa de Galicia de coloristas vestidos de época. El caso es que Luis Carlos de la Peña, más coitado y oficialista, prefirió un acto al uso, con un cartel como único reclamo. Resultado, ya ha sido bautizado como Sosoman II. Ya saben que el primero y genuino Sosoman es su jefe de filas, Rodríguez Zapatero. ¿A ver si le estaba haciendo la pelota para que se acuerde de él a la hora de formar gobierno? Resumiendo, que mientras el alcalde presenta una Baiona en blanco y negro, la villa anda revolucionada con los preparativos festivos. Por cierto, que a ver si se estira el Concello y adelanta la pasta del arreglo de la carabela, que sigue en el astillero de A Guarda como el día que llegó. El propietario dice que todo muy rico, todo muy abundante pero, que sin cheque previo, la Pinta bien pudiera mudarse un año de estos en marrón. Requetepremiada Esta vez ha sido la superación lo que se ha premiado en Chus Lago. Y eso porque no hay premios a la impuntualidad que, si no, también era suyo. Aunque todo fue un cúmulo de fatalidades y de tráfico enrevesado (sí, también en Santiago). El caso es que, muy a su pesar, hizo esperar a todos, Manuel Fraga incluido, para dar el pistoletazo de salida a la gala del deporte gallego. Al final, todos tan contentos. Y eso que Chus, en el turno de agradecimientos, dijo que más que a la superación tenía que ser a la tozudez, primero porque por estos pagos la montaña más alta no supera los 2.000 metros, y segundo porque en alpinismo no hay becas, ni centros de alto rendimiento, ni... A buen entendedor... El caso es que, por esas cosas del protocolo, Chus se sentó a la izquierda de Fraga en la cena. Y entre bocado de empanada, pulpo y carne, no pararon de rajar. Los colaboradores más cercanos del presidente estaban interesadísimos en saber de qué rayos hablaban para que incumpliera el mandamiento de retirarse temprano. Pues por si aún no lo saben, se lo cuento. Hablaron de la caza del elefante (en Guinea para más señas), la pesca de la ballena, el mal de altura, el apetito y la condena de la talla 38. Tal cual.